viernes, 1 de agosto de 2014

¿Tiene Venezuela salida?



 Nos encontramos como sociedad en un laberinto sin conocer a ciencia cierta la salida por ahora. Las pocas luces que titilan al final del túnel no son suficientes brillantes todavía para tener confianza y esperanza para escapar de él y recuperar las libertades y derechos humanos secuestrados por tanta mediocridad, inmoralidad e incapacidad asociadas
Así se viene registrando esta historia de injusticia, de violencia, de ineptitud, de vicios, de caos en el país ante la mirada esquiva e irresponsable de una élite en el poder -supuestamente revolucionaria-  que ha sido incapaz de garantizar  al pueblo la mayor suma de felicidad social prometida. Ahora  los pobres son  más pobres, la otrora clase media reducida y debilitada   
 Los que   desde  1999 con plenos poderes nos gobiernan no han sido capaces de sacar a los grupos más vulnerables de su inopia a pesar de haber contado, por una parte, con su lealtad electoral, por otro  con los mayores ingresos que gobierno alguno haya recibido en toda la historia republicana (casi un trillón de dólares). El boomerang petrolero lo dilapidaron sin invertirlo en infraestructura civil, vial,   económica, industrial, tecnológica y científica. Servicios públicos eficientes y decentes; lo más grave, la insolencia es tal que no se pusieron al día con los altos pasivos laborales, la deuda interna y externa cuya monto total real nadie conoce con exactitud.  Hoy en día el gobierno prácticamente depende del crédito externo y de la hipoteca de nuestras riquezas y materias primas como garantía para obtenerlo de los que hoy capitalizan el monopolio financiero del mundo: China y Rusia
 En lo interno están en la espera del momento oportuno y conveniente, para  anunciar  un nuevo paquete de medidas impositivas, cambiarias, aumento de la gasolina, de la electricidad; además de estar haciéndose los locos con los aumentos de los precios de alimentos, bienes y servicios en general porque no tienen otra forma de seguirlo controlando por la fuerza. Por otra parte,  se siguen negando a revisar el “in crescendo” e injustificable gasto público  
 Entretanto, la oposición sigue discutiendo si se revisa o no la dirección de la MUD. Hace unas semanas dos de sus principales líderes: Capriles y Leopoldo coincidieron, como muy pocas veces ha ocurrido este año, en unos mensajes donde exhortaron a los dirigentes del tablero partidista opositor a revisarse “sin prejuicios ni temor al riesgo”. Un clamor mayoritario de las bases
Como en Venezuela, en esto de la política suele olvidarse muy rápido de la historia, me permito recordar a la clase política actual la experiencia de los años sesenta cuando los 3 líderes más importante de la época: Rómulo Betancourt (AD), Rafael Caldera (Copei) y Jóvito Villalba (URD) que no se pasaban ni con agua, fueron capaces de ponerse de acuerdo a través del  Pacto de Punto Fijo para encarar la amenaza contra la democracia que representaba en ese momento las guerrillas infiltradas y financiadas desde Cuba por Fidel Castro para sublevar el recién orden democrático instalado. Esfuerzo exitoso, pues al final terminó derrotada con la política de pacificación de Caldera durante su primer gobierno  
 25 años después la democracia ha vuelto a ser amenazada, ahora desde las entrañas del propio poder público y del estado por un régimen convicto y confeso del  modelo autoritario centralista cubano
 Seríamos insinceros si no apostamos a la democracia, al progreso y al desarrollo humano. Siempre lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo. El deterioro moral y ético a todo nivel está presente tanto en un lado como en el otro. No hay coherencia y consistencia en lo que se predica y se hace. Con el futuro no se juega. Para salir de la crisis hay que tomar conciencia de la miseria social  y humana que tenemos. La lucha es de todos contra un orden injusto en lo político, en lo económico y en lo social. Un debate y combate permanente contra los antivalores, los privilegios antepuestos a la justicia. ¿Es justo que los ciudadanos soporten las consecuencias de las que no son responsables? ¿Es justo que un grupo reducido de personas en el poder decida sobre la suerte y destino de las mayorías sin que siquiera se les haya consultado? Son preguntas por analizar y responder. El Estado supone el respeto a la persona humana quien debe ser el protagonista de su vida particular o familiar
 Llegó la hora de la acción. De la decencia. La historia nos condenará si permanecemos en una actitud pasiva y complaciente. Nuestros hijos y nietos nos juzgarán con severidad si no cumplimos con lo que nos corresponde cumplir como humano y demócrata. Nunca es tarde. Otros pueblos en el mundo pasaron por situaciones peores y cambiaron  
Presidente del Ifedec, capítulo Estado Bolívar      @renenunez51 

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