El Estado nace como una
necesidad de orden, de justicia y de bienestar de la sociedad moderna. Una
lucha de miles de años contra la dominación del más fuerte sobre el más débil.
Si bien es cierto, la violencia y el autoritarismo siguen como status quo en ciertas regiones del mundo,
no es menos cierto, la democracia viene imponiéndose progresivamente como el
sistema político más idóneo capaz de garantizar mayor equidad social y paz
Con el orden público se pretende colocar las
cosas en su lugar correspondiente a través de un conjunto de principios e
instituciones como rectores de la organización social. Ir contra ellos implica
atentar con el ordenamiento jurídico vigente
Con la justicia garantizar el obrar y el
juicio, respetando la verdad y la razón a quien la tiene. Por ello, existen
normas y reglas reguladoras de las conductas entre personas prohibiendo y
limitando ciertas acciones en el actuar humano o con las instituciones;
estableciendo sanciones o castigos a sus violadores. Se trata de un concepto
que implica equidad pero sobre todo, ética.
Por otra parte, los seres humanos tenemos
derecho a ser felices sin distingo alguno. Vivir a satisfacción y en
tranquilidad. El Estado tiene la misión y la competencia constitucional de
facilitar su capacitación, proveer las condiciones para tener una salud buena y
duradera, crear oportunidades de empleos decentes y estables que permita a la
gente cumplir con su proyecto de vida familiar con libertades y respeto a los
derechos humanos. En otras palabras, su responsabilidad es crear la base para
alcanzar el éxito personal individual y colectivo, convirtiendo a los
ciudadanos en mejores seres humanos y solidarios con el más necesitado
En estos días el Papa Francisco dejó muy claro
que “el pueblo” proviene del centro del evangelio, criticando a los comunistas
por apropiarse ideológicamente de él; manipulando, engañando y confundiendo la
historia de Jesús, a su conveniencia
Esta reflexión la traigo a colación a
propósito de un juicio emitido esta semana por José Vicente Rangel, como ya nos
tiene acostumbrado, cuando afirmó que el
Estado tiene derecho a defenderse y a protegerse. Lo dice justo cuando en
Venezuela hay un orden, hay una justicia y hay un bienestar parcializado. Un
grupo minoritario de venezolanos están protegidos, amparados, beneficiados en
lo económico, en lo financiero, en lo social y en lo jurídico; mientras la mayoría
excluida de las atenciones que constitucionalmente el Estado (poder ejecutivo,
poder legislativo, poder judicial, poder moral y poder electoral) debe
garantizar a todos en igualdad de trato y condiciones
El Estado, si no lo sabía JVR, aunque lo dudo,
se debe a los CIUDADANOS, y no los CIUDADANOS al Estado. Es el Estado a través
de sus poderes públicos y políticas públicas quien debe defender, proteger,
facilitar la convivencia social con disfrute pleno de libertades, garantizar igualdad
en el trato de todos ante la ley; así como la diversidad de pensamientos y de acciones,
el respeto mutuo gobierno-ciudadano-gobierno, y la participación de los
sectores que hacen vida en esta nación en el diseño de las políticas públicas.
La nación somos todos nos pertenece por su historia
independentista, por sus valores y principios, por sus costumbres, por sus
símbolos patrios, por su lenguaje, por su territorio, por sus riquezas, y sobre
todo por su vocación pacífica y democrática
Las estadísticas, los índices, los sondeos,
los resultados no se pueden interpretar de una manera distinta que no sean sus
propias realidades: la política, la económica, la social, la jurídica, la constitucional
que estamos viviendo los nacionales. Si se compara la Venezuela de hoy con la
del 98 hay claras diferencias sustanciales en todos los órdenes. Si nos
cotejamos con otros países de la región y del mundo, no cabe duda, hemos desmejorado
significativamente desde el punto de vista de la productividad, de la
eficiencia, de la seguridad, de la transparencia, de respeto a los derechos
democráticos y los derechos humanos
En conclusión, la mayoría de los venezolanos no tenemos quien nos defienda porque el Estado
actual que hemos tenido en estos 16 años se ha preocupado y ocupado por primar
los intereses de una revolución donde sus protagonistas desde el poder son los
grandes beneficiarios y protegidos.
Por la incapacidad, la escaza transparencia, los abusos constitucionales del régimen de
turno, hoy los venezolanos pagamos las consecuencias con alta inflación, con un
poder adquisitivo devaluado, con escasez, con desempleo, con miseria y pobreza,
con imputaciones y arrestos de jóvenes y mayores inocentes por simplemente
exigir a ese Estado que pide JVR se defienda,
respeto a la vida, al progreso y al desarrollo
nacional
Presidente
del Ifedec, capítulo Estado Bolívar
@renenunez51
El eterno cinismo de jvr. Tiene derecho a defenderse de quién? Será de otro estado foráneo y de los ataques internos. Es que tiene ataques internos? Cuáles, las guarimbas, los artículos de opinión? Qué cinismo.
ResponderEliminarMuy buena definición de estado desarrollada a lo largo del artículo.