martes, 17 de junio de 2014

Punto de encuentro democrático



 Me sumo a la iniciativa reciente asumida desde Caracas por algunas personalidades del entorno intelectual político, económico y social  del país para  abrir un espacio crítico positivo, constructivo, generador de valor agregado de manera permanente para superar trabas y obstáculos que nos impiden el progreso y desarrollo de la nación bajo un clima de respeto a las libertades, a la diversidad de pensamientos y acciones, a los derechos humanos y derechos democráticos
 La plataforma diseñada para enriquecer ese debate es Punto de encuentro Venezuela (@pdevenezuela)  totalmente horizontal y dinámica para no solo oír propuestas y soluciones sino críticas u observaciones; para ello solo se les exige que las mismas sean viables en lo político, en lo económico, con equidad social, considerando siempre el medio ambiente, y respetuosa de la moral y de la ética pública democrática
 Hay dos agendas que no deben administrarse por separado, bien sea por el oficialismo como por la oposición a nivel de crítica, me refiero la agenda del Estado y la agenda de gobierno. La primera no debería tener discusión ni disenso en su aplicación, pues se fundamenta en nuestra identidad como nación libre, independiente, soberana y de vocación constitucional democrática y pacífica. La segunda, comprende los objetivos y metas de corto, mediano o largo plazo que se propone alcanzar o desarrollar el Gobernante de turno durante su permanencia en el poder. Si bien es cierto, ella siempre va a estar marcada e influenciada por la personalidad del Jefe de gobierno, no es menos cierto, no hay razones y derecho alguno para estar sujeta a su capricho o improvisación ni puede estar reñida con la agenda de Estado. La concurrencia entre las dos agendas es lo que le da coherencia, seriedad, responsabilidad, estabilidad y racionalidad a las políticas públicas de un mandatario, incluyendo la política exterior e internacional 
 Aquí radica el problema estructural de la Venezuela de hoy, convertido en una crisis nacional de grandes proporciones a todo nivel. La agenda del Estado no se cumple, paralelamente se viene imponiendo una distinta a la que la Constitución del 99 prevé. La agenda de gobierno está totalmente en sintonía con la paralela, que es la del socialismo comunismo del siglo XXI, el plan de la patria. Ese cambio inconstitucional ha traído una secuela de conflictos que solamente en un año de gobierno de Maduro superan a las 8.600 protestas de calle. Una alta conflictividad como resultado del deterioro progresivo de la calidad de vida integral de los ciudadanos y el desmantelamiento de la institucionalidad democrática. No es casualidad, cuando nos comparamos con otras naciones, ocupamos las primeras casillas a nivel de inseguridad, de poca transparencia, de respeto a los derechos humanos, y las últimas a nivel de productividad, de eficiencia, de desinversión
 Hay pueblos en el mundo  que con el tiempo lograron convertir sus desgracias sociales en oportunidades para transformarse en mejores ciudadanos, mejores seres humanos, hoy se distinguen por su prosperidad, su seguridad, su bienestar; enterrando para siempre las desavenencias, los antagonismos, los complejos y prejuicios que caracterizaron sus pasados históricos. Nos demostraron que las limitaciones de territorio, de población, de materias primas, de clima, de ecosistema, no impidieron su progreso y desarrollo; las superaron con inteligencia, con valores y principios, con sacrificios pero sobre todo con mucho trabajo productivo, incluyente, sin distingo de razas, de religiones, de sexo, de migraciones históricas, etc. Construyeron una dinámica de descomposición, de resquebrajamiento, de disenso en torno a cuestiones fundamentales, tales como la necesidad de la democracia, un modelo económico libre y competitivo, el papel de los servicios de seguridad,  de la justicia, de las fuerzas armadas, la continuidad en la administración pública.
 Los venezolanos estamos obligados a entenderlo con mucho equilibrio, madurez y sensatez. Pasa por la configuración unitaria de toda la oposición democrática. Todas las fuerzas democráticas son imprescindibles. Incluyendo las populares que comienzan a darse cuenta que por el camino inducido ideológicamente hasta ahora son más pobres e inseguros que antes. Aunque muchos dirigentes no lo perciben, el pueblo está reclamando bienestar, seguridad y justicia, hay una tendencia irreversible, me atrevería a decir que instintiva a cerrar filas, a unirse frente a la desgracia que hoy vive, generando así una presión objetiva sobre las direcciones políticas
 Mientras ello ocurre, importante reconocer también  la necesidad de la preparación de un futuro gobierno democrático capacitado para asumir responsabilidades de Gobierno  o de Estado.  No se puede seguir improvisando en esto de la escogencia de equipos partidistas para gobernar, el país cuenta con recursos probos, preparados, inteligentes, creativos, innovadores, visionarios para encarar responsabilidades con eficacia. Por ello, Punto de encuentro Venezuela, ofrece su concurso para dar esta discusión de la crisis de los diversos aspectos de la vida nacional en que el régimen ha ido sumiendo al país. Existen líneas muy claras fácilmente convertibles en un programa inmediato de Gobierno. Participa, da tu idea para enriquecerlo

Presidente del Ifedec, capítulo Estado Bolívar      @renenunez5  

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