Me sumo a la iniciativa
reciente asumida desde Caracas por algunas personalidades del entorno
intelectual político, económico y social
del país para abrir un espacio crítico
positivo, constructivo, generador de valor agregado de manera permanente para
superar trabas y obstáculos que nos impiden el progreso y desarrollo de la
nación bajo un clima de respeto a las libertades, a la diversidad de
pensamientos y acciones, a los derechos humanos y derechos democráticos
La plataforma diseñada para enriquecer ese
debate es Punto de encuentro Venezuela
(@pdevenezuela) totalmente horizontal y
dinámica para no solo oír propuestas y soluciones sino críticas u
observaciones; para ello solo se les exige que las mismas sean viables en lo político,
en lo económico, con equidad social, considerando siempre el medio ambiente, y
respetuosa de la moral y de la ética pública democrática
Hay dos agendas que no deben administrarse por
separado, bien sea por el oficialismo como por la oposición a nivel de crítica,
me refiero la agenda del Estado y la
agenda de gobierno. La primera no debería tener discusión ni disenso en su
aplicación, pues se fundamenta en nuestra identidad como nación libre,
independiente, soberana y de vocación constitucional democrática y pacífica. La
segunda, comprende los objetivos y metas de corto, mediano o largo plazo que se
propone alcanzar o desarrollar el Gobernante de turno durante su permanencia en
el poder. Si bien es cierto, ella siempre va a estar marcada e influenciada por
la personalidad del Jefe de gobierno, no es menos cierto, no hay razones y
derecho alguno para estar sujeta a su capricho o improvisación ni puede estar reñida
con la agenda de Estado. La
concurrencia entre las dos agendas es lo que le da coherencia, seriedad,
responsabilidad, estabilidad y racionalidad a las políticas públicas de un
mandatario, incluyendo la política exterior e internacional
Aquí radica el problema estructural de la
Venezuela de hoy, convertido en una crisis nacional de grandes proporciones a
todo nivel. La agenda del Estado no
se cumple, paralelamente se viene imponiendo una distinta a la que la
Constitución del 99 prevé. La agenda de gobierno
está totalmente en sintonía con la paralela, que es la del socialismo comunismo
del siglo XXI, el plan de la patria. Ese cambio inconstitucional ha traído una secuela
de conflictos que solamente en un año de gobierno de Maduro superan a las 8.600
protestas de calle. Una alta conflictividad como resultado del deterioro
progresivo de la calidad de vida integral de los ciudadanos y el
desmantelamiento de la institucionalidad democrática. No es casualidad, cuando
nos comparamos con otras naciones, ocupamos las primeras casillas a nivel de
inseguridad, de poca transparencia, de respeto a los derechos humanos, y las
últimas a nivel de productividad, de eficiencia, de desinversión
Hay pueblos en el mundo que con el tiempo lograron convertir sus
desgracias sociales en oportunidades para transformarse en mejores ciudadanos,
mejores seres humanos, hoy se distinguen por su prosperidad, su seguridad, su
bienestar; enterrando para siempre las desavenencias, los antagonismos, los
complejos y prejuicios que caracterizaron sus pasados históricos. Nos
demostraron que las limitaciones de territorio, de población, de materias
primas, de clima, de ecosistema, no impidieron su progreso y desarrollo; las
superaron con inteligencia, con valores y principios, con sacrificios pero
sobre todo con mucho trabajo productivo, incluyente, sin distingo de razas, de
religiones, de sexo, de migraciones históricas, etc. Construyeron una dinámica de
descomposición, de resquebrajamiento, de disenso en torno a cuestiones
fundamentales, tales como la necesidad de la democracia, un modelo económico
libre y competitivo, el papel de los servicios de seguridad, de la justicia, de las fuerzas armadas, la
continuidad en la administración pública.
Los venezolanos estamos obligados a entenderlo
con mucho equilibrio, madurez y sensatez. Pasa por la configuración unitaria de
toda la oposición democrática. Todas las fuerzas democráticas son imprescindibles.
Incluyendo las populares que comienzan a darse cuenta que por el camino
inducido ideológicamente hasta ahora son más pobres e inseguros que antes.
Aunque muchos dirigentes no lo perciben, el pueblo está reclamando bienestar,
seguridad y justicia, hay una tendencia irreversible, me atrevería a decir que
instintiva a cerrar filas, a unirse frente a la desgracia que hoy vive,
generando así una presión objetiva sobre las direcciones políticas
Mientras ello ocurre, importante reconocer
también la necesidad de la preparación
de un futuro gobierno democrático capacitado para asumir responsabilidades de
Gobierno o de Estado. No se puede seguir improvisando en esto de la
escogencia de equipos partidistas para gobernar, el país cuenta con recursos
probos, preparados, inteligentes, creativos, innovadores, visionarios para encarar
responsabilidades con eficacia. Por ello, Punto
de encuentro Venezuela, ofrece su concurso para dar esta discusión de la
crisis de los diversos aspectos de la vida nacional en que el régimen ha ido
sumiendo al país. Existen líneas muy claras fácilmente convertibles en un
programa inmediato de Gobierno. Participa, da tu idea para enriquecerlo
Presidente
del Ifedec, capítulo Estado Bolívar
@renenunez5
Corrijo mi nuevo twitter es @renenunez51
ResponderEliminarOjalá de frutos esa nueva iniciativa.
ResponderEliminar