viernes, 2 de noviembre de 2018

Despartidización de instituciones democráticas




Las democracias sucumben cuando los ciudadanos “dejan pasar” “dejan permitir” la partidización de sus tres poderes básicos: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. El contrapeso o equilibrio político institucional. La separación de los intereses del Estado de los de las elites y organizaciones partidistas.

Montesquieu decía “Cuando en la misma persona o en el mismo cuerpo de magistratura, la potestad legislativa y la potestad ejecutiva están reunidas, no puede haber libertad; porque se puede temer que el mismo monarca o senado pueda hacer leyes tiránicas, para ejecutarlas tiránicamente”. 

“De nuevo, no hay libertad, si la potestad de juzgar no está separada de la potestad legislativa y de la ejecutiva. Si estuviese unido a la potestad legislativa, el poder sobre la vida y la libertad de los ciudadanos sería arbitrario; debido a que el juez sería el legislador. Si se uniera a la potestad ejecutiva, el juez podría tener la fuerza de un opresor”.

“Todo estaría perdido, cuando el mismo hombre, o el mismo cuerpo, ya sea de los nobles o del pueblo, ejerza esos tres poderes: el de hacer las leyes, el de ejecutar las resoluciones públicas, y el de juzgar los crímenes o las diferencias entre los particulares”.

Una conducta societaria permisiva y torcida facilita la arrogancia de las élites formadas alrededor del poder central para convertirse en el centro decisorio de los nombres que dirigirán los poderes con miembros afines a su clase política, haciendo desaparecer la soberanía popular como en efecto les ha ocurrido a varios pueblos latinoamericanos.

La democracia pierde el control, pues vigilantes puestos por los mismos vigilantes. Por ello, ha crecido la corrupción, las injusticias sociales y humanas. Los casos denunciados terminan en los mismos tribunales que las elites de poder controlan.

Mientras los rectores de los poderes no se elijan de manera democrática y transparentes, con criterios de mérito, capacidad y experiencia probada; mientras no se aborde la despolitización de la justicia no se garantizará la soberanía popular. Los partidos políticos y los ciudadanos tienen la responsabilidad mayúscula en defensa de la separación de poderes.

En la Venezuela de hoy, no solo hay un déficit democrático sino también un fraude consumado a los ciudadanos y una perversión del estado de derecho.
@renenunez51 Instagram renejesusnunezrodriguez                                         Edición 1465    elportachueloderene.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario