La oposición debe dejar las
“rivalidades internas” y dedicarse al entendimiento domestico por el bien ser Venezuela. Se hace impostergable,
la construcción de una comunicación abierta e incluyente, donde todos los
factores en desacuerdo con la estrategia política opositora sientan y asuman el
compromiso democrático común.
El esfuerzo ha de comenzar reconociendo
las diferencias y los fracasos que separan a unos de otros. Y la fortaleza de
la lucha que los une en común como la del rescate de las libertades, el progreso
y bienestar de todos los venezolanos.
En casi todos los
matrimonios que terminan en divorcio, hay una grave interrupción de la
comunicación, seguida de suposiciones falsas, desencuentros y, en algunos
casos, una declaración de guerra abierta.
Desde hace varios años, un
grupo de venezolanos de diferentes estratos sociales, sin estar involucrados en
el activismo político partidista ni aspirando cargos públicos, hemos venido
alertando de las consecuencias de las divisiones en la oposición. Hemos estado
recomendando lo que un consejero matrimonial profesional cualquiera haría frente
a un matrimonio en conflicto: hablar, discutir con respeto e intentar llegar a acuerdos
primarios para seguir avanzando y procurar la solución definitiva.
Frente a la violencia como
salida, seguimos apostando al dialogo, pero un dialogo que ha de comenzar desde
adentro, desde la oposición misma, para poder ir al dialogo con el gobierno.
Los factores opositores deben
sentarse en una misma mesa, para percibir, discutir y entender el mismo tema respetando
la manera muy diferente, y el punto de vista de la otra persona. Sin temor ni
ira que les impida, a cualquiera de los actores participantes, expresar sus convicciones,
sus perspectivas, sus estrategias para asegurar el éxito político colectivo.
Cierto liderazgo criollo no
debe seguir comportándose como si estuvieran en una guerra, donde unos no
quieren nada más que deshacerse de los contrarios, sus ideas o planteamientos.
La rectificación política siempre
es y será bienvenida en toda relación humana. Hay que trabajar las diferencias con
quienes no se está de acuerdo. Son ustedes, dirigentes, las únicas personas que
pueden identificarlas y superarlas.
Los ciudadanos no tenemos
que ceder al gobierno, ni a los políticos ni a los medios de comunicación nada
que no sea la de salvar a los venezolanos de la muerte de la esperanza, de la
muerte de las libertades, de la muerte del futuro, de la muerte prematura de
una población indefensa y desprotegida.
La unidad es posible. Los
ciudadanos le corresponden clasificar y evaluar el tipo de liderazgo,
identificar las fuerzas divisorias y rechazarlas. Si vamos a poner una para
terminar con la división, la gente de todas las tendencias políticas tendrá que
dejar de pelear entre sí y buscar la unidad, no solo un consenso que beneficie
a una de las partes.
Los resentidos políticos, los
extremistas pueden no estar preocupados por el bienestar del país, sino por sus
intereses personales o grupales. Ante esa realidad, el poder ciudadano ha de ejercerse,
para presionar a su liderazgo a asumir la viabilidad del proceso político país;
pues la pobreza y la muerte de venezolanos no pueden seguir esperando más
tiempo por la rectificación de sus dirigentes.
(Edición 1463). Internacionalista. @renenunez51
Instagram
renejesusnuñezrodriguez
elportachueloderene.blogspot.com
Totalmente de acuerdo contigo amigo René.
ResponderEliminarSaludos
Julián Salazar Velásquez