jueves, 4 de octubre de 2018

La vida de los venezolanos vale más…





En las culturas menos desarrolladas como la nuestra, la negociación para algunos políticos significa entregarse, venderse al contario y no una oportunidad de solucionar conflictos. Hay quienes creen en la violencia como la vía expedita para la solución.
En descarga en quienes no comparten la negociación, sería injusto no reconocerles la desconfianza y pérdida de credibilidad en sus liderazgos por sus conductas corrompidas. Sin embargo, hay quienes si creen y son gentes honestas, las cuales habría que hacer como sociedad un mayúsculo esfuerzo para encontrarlos y otorgarles poder y delegación para que nos representen en un proceso de dialogo nacional. Sobre todo, cuando el país atraviesa no solo por una crisis política e institucional muy grave sino por una crisis humanitaria, que no puede seguir esperando por un milagro del espíritu santo o de un organismo internacional que venga a resolver nuestro problema nacional.
Vamos a negociar. La vida de los venezolanos, su presente, su futuro vale más que cualquier otra cosa que se intente justificar. Que los conflictos son difíciles de resolver cuando hay antagonismos e intereses muy marcados y diferenciados, es verdad. Que la otra parte es la gran responsable de la tragedia nacional y no quiere nada parecido al dialogo, es verdad. Lo inaceptable es no intentarlo o provocarlo.
En el mundo civilizado, todo se negocia. Negocian los trabajadores, los profesionales, los empresarios, los comerciantes, los gremios, los estudiantes, los religiosos, los gobiernos, los políticos, las ONG, etc. etc. ¿Saben por qué? No somos seres perfectos, ni iguales. Ni nadie lo sabe todo. Tenemos pensamientos, conocimientos, intereses diversos y distintos.
Los problemas tienen opciones de soluciones y es allí cuando la política se hace presente, porque ella es negociación. Se justifica logrando objetivos en contra de la oposición e intereses de otros.
Las negociaciones pueden parecer adversas, pero el proceso no tiene que dar un ganador y un perdedor a juro. Permite abrir espacios que antes han estado cerrados como también oportunidades que no existían. Cada vez más las negociaciones enfatizan la colaboración, el consenso para asegurar que ambas partes estén entusiasmadas en la búsqueda de una solución a los conflictos.
No hay otra forma de ver la negociación como una conversación entre dos o varias personas que tienen intereses encontrados. La clave radica en el entendimiento y convencimiento de que la negociación es una colaboración, donde todos han de agregar valor, porque el problema es común y resolverlo interesa a ambas partes.
Antes de ir a ella, se ha de dar respuestas a estas preguntas: ¿cuáles son los intereses del régimen? ¿Qué es lo que realmente importa? ¿Qué crees que le importa más a la otra parte? ¿Qué se necesitas para ir a una negociación? ¿Dónde se puedes ser flexible? ¿Dónde no?
Otro tema fundamental por revisar y valorar: la relación que ha de mantenerse durante el proceso. ¿Quiénes los van a representar en la mesa de negociación?  ¿Dónde? ¿Como? ¿Cuándo han de reunirse? Una vez iniciado el proceso de negociación, todo lo que se transmita ha de ser muy serio respetando el tiempo y los intereses de la otra parte.  No solo se está negociando un trato, se está construyendo una relación. Que ha de partir del reconocimiento de que en el dialogo estarán con actores críticos, antagónicos, e intolerantes. Esto parece obvio, pero a menudo pasa por alto.
Finalmente, el proceso de negociación entre partes en conflictos, para nada es cómodo. Uno de los frecuentes errores en los pocos intentos que la oposición y el gobierno de turno se han dado para el dialogo, ha sido la premura de ambas partes de ir directamente a la fase de negociación. Sin establecerse una relación de reconocimiento y respeto mutuo. Evitar eso en el próximo intento, no como un compromiso sino como el cumplimiento de la primera etapa, la construcción de la relación.
No es fácil resolver conflictos, tampoco imposible. Un ejemplo reciente, digno de revisión y análisis de lo acá sostenido, ha sido el encuentro de los gobiernos de los dos coreas, sentados en una misma mesa construyendo una nueva relación que les permita revisar sus diferencias históricas en política exterior y lograr acuerdos para reducirlas. Estas semanas sendos gobiernos anunciaron la renuncia a las amenazas de armas. Apertura progresiva de las fronteras y sus economías. Ni Corea del Norte ha renunciado a su sistema comunista opresor y explotador; ni Corea del Sur la de su sistema capitalista y de libertades. Un avance para sus poblaciones estos primeros logros.
(Edición 1461). Internacionalista. @renenunez51
Instagram renejesusnuñezrodriguez    elportachueloderene.blogspot.com 

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