sábado, 31 de marzo de 2018

Una cruz pesada de vida…




En el debate político país diario suele afirmarse que se lucha por una Venezuela mejor con bienestar, seguridad y justicia de todos y para todos. Empero, cuando se analizan y revisan comportamientos y acciones de la mayoría de los actores protagonistas, la proliferada y conjurada unidad nacional brilla por su ausencia.

En las sociedades desarrolladas, los símbolos, los valores, la constitución nunca está en discusión  en la diatriba cotidiana; por el contrario, representan las fortalezas que les da sentido de  identidad y pertenencia patriótica a sus nacionales. Las distas se manifiestan en los enfoques y las visiones que puedan tener grupos disimiles en cuanto al ofrecimiento de una mayor  sostenibilidad de progreso y desarrollo humano integral. El plan maestro de su futuro no se ve afectado por la controversia electoral ni por un cambio de gobierno.

En Venezuela  la realidad ha sido diferente. En campañas electorales, las promesas de “futuro edén” sobran. Solo que cuando se alcanza el poder: el gobierno de turno termina implantando un plan de la nación distinto y no hay continuidad administrativa. Confundiéndose por lo general intereses personal y partidista con los de la república.  Los venezolanos  vivimos aterrorizados del presente país, plagado de males morales, éticos y violaciones reiteradas de derechos humanos básicos (libertad, derecho a la vida, seguridad integral). Los poderes públicos existen pero con ejercicio sesgado, ideologizado,  sumiso y des conceptualizado desde el punto de vista ético público.

Las malas y perversas ejecutorias públicas vienen empobreciendo brutalmente a todos los niveles sociales como secuela del desempleo, la hiperinflación,  la constante desvalorización de la moneda. De la noche a la mañana hemos pasado de ser una sociedad receptora de migraciones de varios pueblos del mundo; a una donde nuestros hijos, nuestras hijas, acompañados de nietos y nietas, huyen despavoridos de un régimen que no les ofrece ni garantiza condiciones de vida familiar dignas, humanas, justas de crecimiento y desarrollo familiar.

Llevamos en nuestros hombros una pesada cruz, la cual, solo bajo la fe en nuestro Supremo Creador de vida de bien humano: Jesucristo, podemos quitárnosla de encima con esfuerzos, sacrificios y conciencia. Caminemos juntos  al encuentro de la resurrección de toda una población que no se merece el despiadado engaño y castigo del cual  ha sido objeto en estos tiempos tétricos. (Edición 1440).

“Ser cristiano es ser testigo de la resurrección de Jesús, y significa también superar la pobreza, que es muerte, algo inhumano, contrario a la voluntad de Dios. Si la pobreza es contraria a la voluntad de vida de Dios, luchar contra la pobreza es una forma de decirle sí al reino de Dios.” Gustavo Gutiérrez M.
@renenunez51   Instragram  renejesusnuñezrodriguez
elportachueloderene.blogspot.com  Pueden oírme en “Dialéctica”, lunes a viernes, 8 a 9 am por News 105.3 FM     www.news1053fm.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario