domingo, 7 de agosto de 2016

7 plagas de la política criolla


                                      

La crisis sociedad-Estado sigue agravándose. Son muchos los sectores que andan en lo suyo, preocupados y ocupados, en la búsqueda de una solución concertada pero sin ceder espacios y pretensiones particulares. Los hay en los del gobierno (en menor cuantía) como en los de la oposición. Sin embargo, hay claridad y consenso mayoritario en que la salida de la crisis pasa por una consulta popular (revocatorio) para que los ciudadanos, a quienes se deben gobiernos y dirigentes, decidan si el presidente Maduro debe continuar o no al frente del poder ejecutivo. La incapacidad manifiesta del gobierno central,  la escasa transparencia de las ejecutorias públicas y al poco interés mostrado de rectificación en la conducción  de los destinos del país, así lo justifican. Agravado por la no separación de los poderes públicos.
Por otro parte, existen otros grupos y organizaciones sin fines de lucro y aspiraciones electorales alguna, haciendo esfuerzos por un diálogo autocrítico  ciudadano constructivo para aprovechar estos desequilibrios éticos, democráticos, políticos, económicos y sociales, en una gran oportunidad para impulsar un cambio más allá de lo electoral que haga posible una nueva cultura política capaz de garantizarnos de manera sostenible unos resultados de gobierno distintos a los hasta ahora logrados en democracia. En esa misma dirección, hoy quiero referirme a 7 características comunes que debemos superar como sociedad inteligente, presentes en el quehacer político partidista y el quehacer gobiernero; las cuales nos vienen haciendo un daño estructural muy alto, dispersándonos en el logro de los fines del estado: prosperidad, seguridad y bienestar social. Ellas son:
1. Populismo
Una estrategia “caza bobos” para captar adhesiones y votos, magnificando  los intereses de la masa populares con soluciones mágicas e inviables. Desprestigiando a los partidos políticos tradicionales para justificar la creación de otros (nuevos). El pueblo se trata como esencia y fin último. A la nación como comunidad amenazada por el imperialismo extranjero y al Estado como agente de cambio. Las propuestas, demagógicas, ofrecen un alto contenido social “igualitario”, garantías de derechos políticos y humanos pero que al llegar al poder después no se cumplen por razones obvias.
2. Autoritarismo
Esa forma de ejercer la autoridad  o el poder de manera abusiva, con la cual hay que estar de acuerdo y obedecer siempre sus órdenes, sus verdades.
3. El sectarismo.
Se  refiere al irrespeto a la diversidad de pensamientos y acciones, a la intolerancia, a la discriminación u odio frente a las diferencias percibidas entre sus seguidores o grupos sociales, políticos o religiosos rivales.
4. La adulación.
Cuando los seguidores de estas autoridades o dirigencia, pensando en obtener un beneficio, una ventaja, una oportunidad de poder dentro de la organización y después en el poder, se dedican a alabarlas exageradamente, reconociéndole todo el tiempo que son únicos, inteligentes y exitosos en todo lo que predican y hagan.
5. Solidaridad incondicional.
Apoyo incondicional al líder, al dirigente o funcionario público frente a causas o intereses ajenos o distintos. En las “buenas como en la malas”; no importa la desviación o delito cometido; convirtiéndose este respaldo en un derecho.
6. Soberbia.
Altivez, altanería, sentimiento de superioridad frente a otros; provocando un trato distante o despreciativo. La ira o explosión del soberbio ocurre cuando le contraen sus ideas, órdenes o instrucciones.
7. Exclusión.
Los que no se sometan a los dictamines de la autoridad, las medidas que suelen tomarse van desde la suspensión o exclusión de participación hasta la expulsión definitiva.
¡Manos al cambio, Compatriotas! Llegó la hora de la reivindicación de  nuestra dignidad humana.
Presidente del Ifedec Capítulo Bolívar
@renenunez51                      elportachueloderene.blogspot.com
Los domingos, 8 a 9 am, en Onda Global por onda973fm.com

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