martes, 12 de julio de 2016

El punto de encuentro es Venezuela


                                      

En estos últimos 57 años, los venezolanos nos hemos venido ufanando de ser y vivir en un país rico. Tanto la vieja como la nueva generación política lo han repetido hasta la saciedad en sus discursos. Sacando a relucir con orgullo las inmensas, variadas y estratégicas reservas naturales que poseemos y que muchos países en el mundo desearían poseer.
La moraleja de esta herencia natural es que no la hemos aprovechado con inteligencia para transformarla en progreso y desarrollo humano, a través de un plan de desarrollo sustentable que en lo económico sea viable; en lo social garantice la equidad y, en lo ambiental, tengamos un territorio vivible y seguro.
En la mal llamada cuarta república, el impacto del sector público en el gasto fiscal fue del 65%, financiado fundamentalmente por la factura petrolera. En la quinta, se  elevó a un 95%; a pesar de la promesa del actual régimen de diversificar la economía para reducir dicha dependencia.
En los primeros cuarenta años de democracia, se hicieron esfuerzos positivos y en la dirección correcta para minimizarla pero no fueron suficientes. Se recuerda el modelo  de “Sustitución de importaciones” con el cual se alcanzaron  avances importantes  en el campo de la agricultura y la ganadería garantizando el abastecimiento de gran parte del mercado nacional.
En cambio, los últimos diecisiete años con el nuevo modelo implantado “Socialismo del siglo XXI”, caracterizado por la centralización, concentración y empoderamiento total del poder ejecutivo en materia de planificación y producción, trajo como consecuencia la actual y terrible crisis humanitaria que hoy padecemos por igual casi toda la población. Causada fundamentalmente por la destrucción del aparato productivo tanto público como  privado.  
El control de la divisas, la insuficiencia financiera, el alto endeudamiento externo e interno, la alta conflictividad entre poderes públicos, el desconocimiento a la constitución y leyes de la república, configuran “por ahora” una realidad de nación ingobernable. 
La historia mundial del desarrollo en democracia,  ha demostrado que para imponer los cambios necesarios en una sociedad, los pueblos tienen dos caminos para alcanzarlo: uno corto, que consiste en acertar con los votos y llevar a los mejores hasta el poder para que sean ellos los que ejerzan el liderazgo en la sociedad y produzcan los cambios que la dignidad humana exige.  El segundo, el más difícil y que reclama paciencia activa, es el de crear ciudadanos capaces de luchar con entereza para producir los cambios desde abajo; apostando por el amor, la generosidad, los valores y principios, la libertad y la justicia; convirtiéndose cada uno en multiplicador de la regeneración. Una conciencia colectiva sobre la base de la educación y el fortalecimiento de una cultura de “bien común” y ejecutora del “deber ser”
Este es el dilema en que se encuentra entrampada la sociedad criolla desde hace muchos lustros. No hemos sido capaces de valorar y diferenciar con madurez y patriotismo esas dos vías. Pareciera que la primera sigue siendo la más atractiva y prioritaria en la gran mayoría de los dirigentes.
Entretanto, urge como república democrática, crear sin mayor dilación espacios para  los consensos necesarios, distinguiendo los disensos, los cuales deben debatirse con respeto y diálogo, a fin de superar el laberinto político, cuyos responsables parecieran no valorar la gravedad del conflicto-país generalizado.
Entendernos como sociedad no es una opción, una obligación de todos los factores y actores de la política. En esa agenda de entendimiento, no debe faltar: en lo económico, la solución a corto plazo  del problema de desabastecimiento de alimentos y medicinas. A mediano plazo, la viabilidad de la economía. En lo político, la conclusión del proceso de revocatorio. Construcción y elección de un gobierno de unidad nacional con el  compromiso ineludible e impostergable de normalizar la separación de poderes con autonomía e independencia.

Presidente del Ifedec Capítulo Bolívar
@renenunez51                      e
Los domingos, 8 a 9 am, en Onda Global por Onda 97.3 FM

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