lunes, 18 de enero de 2016

Con la miseria no se juega



Lo que vimos y oímos la semana pasada en la Asamblea Nacional con ocasión del acto de “rendición de cuentas” del poder ejecutivo de su gestión 2015, nos dejó a los ciudadanos un desazón  de país por demás preocupante. No es para menos. Se está ante una crisis institucional y económica que nos ha explotado justo en un momento cuando hay una tendencia progresiva a la baja de los precios del petróleo por la sobre oferta existente en el mercado desde hace más de un año. Nos toma por sorpresa, con una PDVSA operando por debajo de sus niveles normales de producción  con un alto déficit de caja y endeudamiento interno y externo; además,  distraída en funciones distintas a las de su misión para la cual fue creada.
Esperábamos del presidente de la república ese día, el reconocimiento de los desaciertos, errores y fracasos de las políticas públicas relacionadas con la productividad y economía en general; y, por ende, la rectificación del modelo que se ha venido aplicando. Nada de ello ocurrió; por el contrario,  volvió asumir la misma actitud de siempre, echarle la culpa de todos los males a la oposición, a los pocos sectores productivos privados que aún resisten las restricciones y amenazas continuas; a factores externos e internacionales a quienes se les atribuye formar parte activa junto con los nacionales de una conspiración y guerra económica desestabilizadora de los planes de la revolución.
Un régimen que ha recibido, según lo dicho por el propio jefe del Estado,  la bicoca suma de 1 billón, 182 mil millones de dólares en 17 años, no tiene justificación alguna para estar como estamos como nación: empobrecida, endeudada e hipotecada. Una cifra extraordinaria que no cuadra con la sumatoria total de  inversiones, obras y servicios hasta ahora ejecutadas en todo el territorio. Suficiente para  haber emprendido el progreso y desarrollo humano, y estar disfrutando en estos tiempos de una mayor y mejor calidad de vida integral. Misión que le corresponde a todo gobierno en democracia  cumplir. Estaríamos igualmente en mejores condiciones para enfrentar y compensar la actual baja del precio petrolero ($24,38/barril), que ya una vez, en época del segundo gobierno de Rafael Caldera, llegó a 7 dólares. Ese entonces, recordamos aquella célebre frase del ministro de la planificación, Teodoro Petkoff cuando dijo “Estamos mal pero vamos bien”.
Para resolver la crisis, el gobierno central ha decretado un “estado de emergencia económica” pero sin renunciar  al modelo que la produjo. Ningún inversor extranjero moverá su capital sino hay confianza, credibilidad, garantías claras y transparentes para asegurar los beneficios del capital invertido. Menos cuando el presidente Maduro acaba de amenazar al parlamento en cadena nacional de no aceptar bajo ninguna circunstancia ley de privatización alguna.
La promesa de “futuro edén” permanente de la revolución, no solo ya es insostenible económicamente sino creíble, el estado le pesa una gigante deuda interna y externa, una producción nacional desarticulada y sin divisas, un desabastecimiento de un 87%, una inflación estimada para este año en más del 200%, y lo peor, un mercado financiero internacional cada vez más difícil de acceso por cuanto no cumplimos con requisitos y garantías exigidas. En resumen, enfrentamos una situación de gobernabilidad muy delicada, si a ello le agregamos la conflictividad de poderes a que pareciera jugar ejecutivo vs legislativo.
El tiempo o velocidad de aceleración del clamor popular y de cambio, pudiera más temprano que tarde sobrepasar el punto límite. Si los actores políticos y el gobierno no pueden seguirlo, el cambio los dejará atrás. El ritmo de espera ha cambiado. La pasividad de la gente disminuye gradualmente. Al fatalismo sucede la impaciencia. Hay conciencia del pueblo que hay un grupo reducido que tiene demasiado y hay otro, el mayoritario, que tiene poco o nada. Apostemos todos al éxito, no al fracaso. Sin excusa.

Presidente del Ifedec,  Capítulo Bolívar                  @renenunez51
Los domingos, 8 a 9 am, en Onda Global por Onda 97.3 F

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