La violencia siempre ha
estado entre los seres humanos. Antes y después de Cristo; incluyendo su muerte,
un acto de barbarie. Después de dos guerras mundiales, las sociedades modernas se
propusieron reducirla en aras de preservar la convivencia social y las
generaciones futuras. Las potencias imperiales triunfadoras crearon un
organismo supra nacional, la ONU, para reafirmar la fe, defensa y protección de
los valores, los derechos fundamentales del hombre y de la mujer con justicia y
respeto, promoviendo el progreso social y la elevación de la calidad de vida
con tolerancia y paz. Compromiso nada fácil porque la violencia es un hecho
social complejo y dinámico con causas y efectos variados y multifactoriales.
La violencia en Venezuela, tema que nos ha de preocupar
y ocupar como sociedad, el año 2014 terminó con 24.980 fallecidos y una tasa de
82 muertes violentas por 100 mil hab. sólo superada por Honduras con104, quien
ocupó el primer lugar. A pesar de los importantes anuncios y planes
desarrollados por las autoridades. Un tema que hasta ahora la Asamblea Nacional
no ha querido revisar y analizar con sentido común constitucional y de justicia
humana.
Las causas, entre otras, que estarían
incidiendo en esta espiral de violencia en
nuestro país que nos impide avanzar como sociedad libre y democrática, son: a) Políticas: por la imposición de una
voluntad de poder y de dominio distinta a la establecida en la constitución
nacional; multiplicando situaciones de opresión, represión, amenazas y
exclusión. Nepotismo institucional. La respuesta de grupos de ciudadanos con
armas imponiendo en las calles el terror de sus propios códigos sin que el
Estado y el gobierno nacional puedan someterlos y reducirlos b) Económicas: por la preeminencia de grupos
exclusivos desde el gobierno controlando la mayor parte de la economía, creando
marginalidad, opulencia, miseria y pobreza. Mayores desigualdades sociales. C) Ideológicas: por el establecimiento
de una sola verdad, la del gobierno,
asumiendo posiciones contrarias a las de las mayorías nacionales, revestidas de
mesianismo, y en cierto modo apocalípticas. C)
Éticas: por la creación de anti valores distintos a los que ha vivido el pueblo
en toda su historia republicana. Esa contaminación ética -sin duda-
ha facilitado el incremento del tráfico de drogas, de la criminalidad,
el mal trato psicológico y físico de la pareja, el infantil y el abuso de los
niños. En resumen, una violencia reflejada
en situaciones de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población:
desempleo, sub empleo, informalidad; por falta o desigualdad de oportunidad de
acceso a la educación y la salud
@renenunez51 Presidente de Ifedec capítulo Edo. Bolívar
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