miércoles, 3 de diciembre de 2014

Carta al Niño Jesús con copia a todos los venezolanos



 Mi venerado Niño Jesús, quizás no entiendas porque una persona de mi edad te escribe esta carta, pero estoy seguro, cuando la vayas leyendo entenderás su razón que no es más que el sentir de casi treinta millones de venezolanos.  Tú que todo lo sabes, y conoces, estoy convencido tendrás piedad para interceder ante Dios Todopoderoso y ayudarnos en nuestro propósito de compartir un país próspero, seguro y pacífico.
Por la violencia muchos hermanos y hermanas, ya no están con nosotros. Hogares huérfanos abundan por doquier. Las cifras de ambas tragedias crecen exponencialmente, a pesar de los planes de seguridad implementados.  
 La alimentación ya no es la misma. Escasea. Igual la medicina. El dinero no nos alcanza. Los precios de productos, bienes y servicios andan por las nubes. Los empleos son precarios e inestables. En su mayoría no son decentes como lo exige la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.). Miles de profesionales y técnicos carecen de oportunidades de trabajo, muchos ocupados en faenas distintas para los cuales se prepararon.
 La educación no es prioridad de Estado. Los aportes presupuestarios son insuficientes y tardan en ser entregados, afectando su desarrollo. Maestros y profesores no ganan acorde con su valor estratégico de capacitación.
 La salud problema existencial. Hospitales ya no prestan un servicio integral como antes, no proveen de medicamentos, de servicios óptimos de laboratorio, muy poca disponibilidad instrumentaría y de materiales.
 95% de las divisas recibidas en el país provienen del petróleo, cuyo precio en estos momentos anda muy por debajo de lo estimado en el presupuesto nacional, creando un desequilibrio fiscal de suma preocupación, sobre todo cuando se ha hecho un daño estructural a la economía privada. Amén de la deuda total e hipoteca nacional.
Nada más dañino como la lucha de clases instaurada como política ideológica para dividir la sociedad, impregnándola de odios y resentimientos sociales cuya secuela se ve reflejada en una conducta alejada de humanidad en sectores fanatizados. Ser pobre es bueno. Ser rico es malo. La consigna.
 No sé si sabes Niño Jesús, de todos modos, te lo recuerdo, en estos últimos quince años hemos elegidos dos presidentes de la República, a ambos se le dio  plenos poderes y confianza para hacer realidad su compromiso de mejorar la calidad de vida integral de los nacionales. No todo lo han cumplido. Hoy más que nunca nos sentimos como ciudadanos más inseguros, más empobrecidos, más excluidos, menos tratado con igualdad ante la ley y las normas.
 Hay demasiado cosas por explicar,  por justificar, por aclarar, por rendir cuentas de actos indebidos e inhumanos  cometidos por ellos. Con la complicidad de unos poderes públicos que han actuado sin equilibrio e independencia.
 Por su parte, la ciudadanía no escapa también de su responsabilidad. No ha sabido cumplir con sus deberes y obligaciones con constancia y perseverancia. Igual la dirigencia partidista. No ha estado a la altura y a la exigencia de los tiempos de hoy como alternativa de cambio y esperanza.
 Como te habrás podido dar cuenta Niño Jesús, esta no es la carta tradicional   para pedirte juguetes.  Lo que te estamos  implorando con ésta, es que entre en las mentes del presidente, de los gobernadores, de los alcaldes, de los dirigentes políticos para hacerlos entender y practicar el poder no  como un privilegio e instrumento para servirse asimismo  sino para servir a la gente sin distingo de posición económica, política o social alguna. Para garantizar a todos el derecho a la vida. Sus derechos humanos. Sus derechos constitucionales. Asumiendo las políticas públicas con eficiencia. Administrando los recursos económicos y financieros del Estado con absoluta transparencia.
 La patria es de todos. Queremos un país que nos permita sentirnos orgullosos, unidos e identificados con nuestra historia independentista, con nuestras costumbres, con nuestros valores y principios patrios, con nuestras riquezas, con el progreso y desarrollo nacional, donde haya garantías de capacidades y de oportunidades por igual a todos.
 La Buena Noticia, la Buena Nueva, sería que al inicio del 2015 hayamos entendido que el diálogo fecundo entre todos los sectores solo podrá asegurarnos no tener otro año más de miseria y pobreza.  Feliz Navidad.
Presidente del Ifedec, capítulo Estado Bolívar      @renenunez51                         

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