lunes, 20 de octubre de 2014

Queremos “Triple corona” pero la de Venezuela


 La política internacional nunca se ha caracterizado por ser justa. Ha sido siempre muy pragmática, donde lo económico ha privado a la hora de la toma de decisiones de organismos supranacionales para resolver diferencias o conflictos entre sus países miembros cuando la paz y la seguridad internacionales ha estado en peligro.
 Para velar por ella, de conformidad con la Carta de la ONU, se creó el Consejo de Seguridad (CS) integrado por 15 Estados con derecho a voz y a voto; de los cuales 5 son permanentes con poder adicional de veto, a cualquier resolución; ellos son: China, Francia, Federación de Rusia, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América. El resto son rotados cada 2 años, actualmente ocupan estos puestos: Argentina, Australia, Chad, Chile, Jordania, Lituania, Luxemburgo, Nigeria República de Corea y Rwanda. El CS, entre otras atribuciones, tiene la facultad de decretar embargos o sanciones económicas, o autorizar el uso de la fuerza para hacer cumplir sus decisiones.
 La semana pasada, la Asamblea General de la ONU eligió 5 nuevos miembros no permanentes: Nueva Zelanda, Malasia, España, Angola, y Venezuela; quien sustituirá a Argentina para el bienio 2015-2016, a partir del 01 de enero de 2015. La quinta vez desde 1945. Para ser elegido se requiere del apoyo de dos tercios (129) de los Estados Miembros, Venezuela obtuvo 181 votos sin competencia alguna, pues más nadie del Grupo Regional de América Latina y el Caribe (Grulac) se postuló.
 Esta elección de nuestro país ocurre casi en paralelo con el dictamen del Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias del Consejo de Derechos Humanos de la ONU con sede en Ginebra que ordena al Estado venezolano liberar de inmediato a Leopoldo López, coordinador nacional de Voluntad Popular, tras determinar luego de una exhaustiva investigación que al líder político se le detuvo arbitrariamente y se le violentaron varios de sus derechos civiles, políticos y constitucionales; incumpliendo el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos al no permitírsele el legítimo derecho a la defensa, afectando su derecho a la presunción de inocencia y someterle a un proceso judicial por ejercer su derecho constitucional a la libertad de expresión y manifestación.
 La fiscalía general de la República sin dilación se pronunció aclarando que esta decisión no era vinculante; haciendo de nuevo valer la tesis de la independencia y de la soberanía nacional. La no injerencia en los asuntos internos.
 Entretanto, el nuevo canciller Rafael Ramírez, por su parte,  celebraba el  ingreso de Venezuela al CS como "resultado de un largo y sostenido esfuerzo del presidente Nicolás Maduro, quien decidió avanzar en el área internacional con un modelo de resolución pacífica de los conflictos". Recordando, además, que en 2015 "Venezuela se convertirá en el primer país en la historia en ocupar una silla en el CS y la Presidencia del Movimiento de Países No Alineados de manera simultánea". "La triple corona", como lo llamó el presidente Maduro,  pues también el país se encuentra en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU”.
 Ahora bien, la política exterior o política internacional de cada país tiene como objetivo fundamental aprovechar con inteligencia las relaciones bilaterales y multilaterales para potenciar el desarrollo de sus intereses nacionales, tanto los del sector público como los del privado. ¿Cómo ofrecer, colocar sus bienes, sus productos y sus servicios nacionales excedentes a precios competitivos (vender) en el mercado internacional? ¿Cómo adquirir bienes, productos y servicios exteriores a precios convenientes (comprar) para su desarrollo nacional? También se asumen responsabilidades compartidas en distintas materias de interés humano-social; entre otras importantes, como la de los derechos humanos, la de las libertades, la de la seguridad, y la de la paz.
 Si la “triple corona” de la que se ufana el régimen es importante para la nación; para los ciudadanos venezolanos, soberanos, a los cuales el Estado y los gobiernos se deben, también lo es en la exigencia del goce y disfrute pleno de la “triple corona nacional” que abarca la SEGURIDAD, el respeto de los DERECHOS HUMANOS y la  PAZ SOCIAL sin distingo alguno.
 No es casualidad que la Venezuela de hoy ocupe las primeras posiciones del ranking en el mundo en las asignaturas de: inseguridad, poca transparencia, inflación, impunidad, improductividad, y violaciones de derechos humanos. “Luz para la calle, oscuridad para la casa”.
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Presidente del Ifedec, capítulo Estado Bolívar      @renenunez51 

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