En el
Estado Bolívar se juega con la posibilidad de seguir avanzando en la conquista
de espacios que hasta ahora han estado bajo dominio mayoritario del
chavismo-madurismo. La preocupación se basa en la fractura política emocional,
real e inocultable, existente dentro de la MUD, desde las pasadas elecciones de
gobernadores y de alcaldes. Dos grandes toletes, uno liderado por Primero
Justicia y Acción Democrática; el otro, por Voluntad Popular y Causa R. Cada
uno apelando a sus verdades y razones, decidieron -desde entonces- marcar
distancia dentro como fuera de este ente opositor regional. Renunciaron al
diálogo u otras posibilidades de entendimiento, para concentrar los esfuerzos
en potenciar sus intereses partidistas, partiendo de la premisa “errada” de
sentirse con la fuerza y la capacidad para dominar los terrenos “baldíos” de la
política; subestimando al verdadero rival, el régimen, que con una gestión pública
maula, poca transparente y abusiva en estos dieciséis años últimos sigue cautivando
una mitad de país.
No obstante, hay un crecimiento sostenido de descontento
y de frustración popular que el régimen ya no puede controlar pero que tampoco
la Oposición ha podido capitalizar a favor. Venezolanos que no se sienten
identificados ni representados con sus actuales líderes y organizaciones por la
dispersión y confusión de mensajes y esfuerzos, por la arrogancia, por la
intolerancia para oírlos. Gente exigiendo al gobierno rectificación pero a la
vez esperando por una Oposición unida donde se sientan incluidos y esperanzados
con una propuesta integral de cambios viables que les detenga su
empobrecimiento y mejore su calidad de vida.
Tanto a nivel nacional como en el Estado
Bolívar, se nota el distanciamiento en el accionar entre partidarios de María
Corina, de Leopoldo López, de Henrique Capriles, de Antonio Ledezma, de Henry
Falcón, entre otros, cada uno impone su agenda electoral particular cuando
debiera haber una sola, la agenda de la
UNIDAD regional.
A nivel nacional, positivo, aunque tarde, se
logró consenso para el nombramiento del
nuevo Secretario Ejecutivo: Jesús “Chuo” Torrealba. Acá en Bolívar, la exigencia,
diría yo, es mayor, se pide renovación de los actuales directivos de la MUD;
los cuales no han logrado armonizar los variados y complejos intereses de los
distintas toldas políticas de caras a las elecciones parlamentarias de 2015;
cuyo objetivo no debe ser otro que garantizar el mayor número de diputados a la
AN para detener la destrucción y recuperación de las instituciones públicas y
el empobrecimiento de los venezolanos. Con la reconstrucción de un poder
legislativo que cumpla con sus 3 funciones básicas constitucionales:
controlador de la gestión pública, hacedor de leyes que faciliten progreso y desarrollo
nacional, y hacer del Hemiciclo nacional el escenario natural para discutir los
grandes problemas estructurales del país en búsqueda de consenso para sus soluciones.
En otras palabras, para estabilizar el sistema social, económico, político y
jurídico puesto en peligro por los que hoy nos gobiernan desde 1999 con
resabios de radicalismo, división, odios y resentimientos sociales.
Un triunfo contundente en Bolívar (están dadas
las condiciones) pasa por la credibilidad de una MUD dirigida por
personalidades, en lo posible, independientes, de probada solvencia moral,
ética y de lucha social, sin aspiraciones de candidaturas. Acompañado de una
propuesta donde se valore el trabajo decente, duradero y estable mediante una
infraestructura productiva industrial, comercial y de servicios eficiente y
transparente tanto del sector público como del privado. En defensa de un salario
digno y justo asociado a la productividad, a las metas y a los resultados. Una prosperidad para todos, traducida en vida
duradera y saludable, educación de calidad, con estímulo al libre ingenio o imaginación
creadora. Una política de Seguridad Democrática y Ciudadana, con acatamiento a
la Constitución y respeto irrestricto a los derechos humanos. Una lucha sin
cuartel a la corrupción que a lo largo y ancho de todo el país impera como una
cultura de legalidad. Restablecimiento y consolidación de la independencia y el
equilibrio de poderes, promoviendo su trabajo armónico, así como el rescate y
fortalecimiento del proceso de descentralización político administrativo del
Estado. De Cero impunidad. La conservación y aprovechamiento de nuestro
potencial ambiental y minero.
Para reflexión, traigo estas dos pruebas de
activismo opositor diferentes de este fin de semana pasado, que refuerza
nuestro análisis: 1) Triunfos de Pedro Acuña (seccional Ciudad Guayana) y
Ricardo Vitanza (seccional Ciudad Bolívar) en elecciones del CIV. Impusieron su
perfil de profesionales, de luchadores sociales independientes y gremialistas.
Derrotaron a la plancha de la MUD Bolívar (una parte) y a la del oficialismo. 2)
Las dos MUD, programaron actos políticos distintos: Unidad en la calle (VP, CR,
otros)) convocó en Puerto Ordaz una marcha de redoma Chilimex a plaza
Monumental; y la otra (PJ, AD, otros) acompañó a Henrique Capriles en San Félix
en una actividad de visitas a sectores de Chirica y 11 de abril. Ambas jornadas
no tuvieron el acompañamiento masivo de
otros tiempos cuando estaban unidos. Rectificar es de sabios.
Presidente
del Ifedec, capítulo Estado Bolívar
@renenunez51
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