lunes, 15 de septiembre de 2014

¿Queremos dictadura o democracia?



 La semana pasada leí dos declaraciones contundentes sobre el régimen que tenemos desde hace casi 16 años con el consentimiento de las mayorías de este país, las que hicieron dos veces presidente a Chávez, ahora a Maduro por sucesión revolucionaria. La primera a que me refiero es la del periodista Wladimir Villegas, expte del canal 8 y embajador de Venezuela en México en tiempos del difunto presidente, quién dejó muy claro que el régimen no es marxista-leninista ni socialista. La otra, nada más y nada menos de la senadora Isabel Allende, actual presidente del Congreso de Chile, hija del expresidente Salvador Allende, la cual afirmó categóricamente que en Venezuela había una dictadura militar.   
 Lo que si no hay duda, porque nunca lo han ocultado sus defensores, es la absoluta relación de dependencia del régimen chavista-madurista del gobierno de los Castros en Cuba,  donde en el pasado Chávez viajaba con frecuencia, ahora Maduro, a recibir directamente consejos comunistas, para lograr la destrucción progresiva de la institucionalidad democrática, la asfixia y desmovilización del ciudadano, el desmontaje de la economía productiva privada, y la concentración de todas las decisiones de los poderes en uno solo, en el poder central.
 Lento pero firme se ha venido ejecutando el pacto  Caracas- La Habana; no es casualidad o improvisación el plan socialista de la nación aprobado en marcha. Para ello se ha contado con el petróleo, cuyo rentismo ha proveído los inmensos recursos financieros para comprar, en lo interno, la conciencia del pueblo y la de los rectores de los poderes públicos; y en lo externo, la conciencia de gobiernos extranjeros a cambio de solidaridades automáticas para no ser acusados de anti demócratas y violadores de derechos humanos.
 Desde su llegada al poder, se ha hecho mucho daño estructural a una sociedad que confió y sigue confiando (una mitad) en la promesa del extinto comandante de concederle la mayor suma de felicidad social.
 Poseídos por la destrucción y la división, continúan acosando y tentando de temores a vidas inocentes y humanas, si no acompañan su proyecto de socialismo del siglo XXI.  
 Los tipos ufanados de trabajar por el pueblo y para el pueblo con conciencia de sus padecimientos y restricciones, solo les importa cumplir a rajatabla el rol del mandato hegemónico de apropiarse de los derechos de la gente, del país, para mantenerse en el poder, donde ellos sean los únicos ricos  fuertes, y los demás los pobres débiles.
 Por el lado de la oposición se observa varios grupos intentando protagonizar la resistencia; el más radical, no termina de entender que si no se derrota políticamente al chavismo en próximas elecciones, una de ellas importante y estratégica como las parlamentarias, este país no tendrá salida “por ahora”.
 Nos oponemos a los discursos y a las campañas de descréditos contra dirigentes, líderes sobrios y decentes opositores que hacen esfuerzos por sumar voluntades y abonar el camino del diálogo para unificar criterios alrededor de una Alternativa Democrática, donde todos son necesarios y útiles.
 Para facilitar su comprensión, traigo a colación estas dos sabias reflexiones de dos auténticos demócratas: la de Konrad Adenauer cuando le pedía a los alemanes inquietos por el socialismo en la Alemania Oriental: “paciencia mucha paciencia” en espera de su fracaso, y, sin duda, en el éxito de la Alemania Occidental; la otra, la de Ricardo Lagos después de la derrota de Pinochet en el referendo popular, cuando cedió su candidatura a la presidencia a Patricio Aylwin, al considerar que viniendo él de ser ministro de Allende, al llegar a la presidencia, los chilenos podían dividirse de nuevo. 17 años de dictadura militar fueron suficientes para entenderlo. ¿Cuántos Ricardo Lagos tenemos en este país?
Presidente del Ifedec, capítulo Estado Bolívar      @renenunez51 

1 comentario:

  1. Muy buen artículo René. Sin embargo, no pudiste responder la pregunta del título. Y es que es muy difícil responderla. ¿Qué es lo que realmente quiere la gente, dictadura o democracia? Parecería evidente que fuese la democracia, pero los hechos desdicen de esa evidencia y la respuesta hay que buscarla más adentro. Aún quedan residuos de pueblo que clama por un gendarme, el gendarme necesario, la "mano dura" que ponga orden. El asunto es que esta mano dura lo que ha hecho es destruir el país, de paso sin poner orden. El ciudadano común lo que quiere es que las cosas funcionen, y con este "gobierno" no funcionan. Esperemos con esa paciencia que dijo Adenauer.

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