No ha sido fácil. Como país hemos tropezado
con 14 años de desmejoras y de desaprovechamiento de oportunidades. Por
descuido y confiados. Todo porque una
mayoría se empeñó en otorgar plenos poderes a una persona con rango militar con
una declarada conducta conspirativa dentro de las Fuerzas Armadas.
Un
personaje que no reunía los requisitos para cumplir con un perfil de estadista.
Sin experiencia ni preparación para dar respuestas a las exigencias de cambios
de bien y para bien común reclamados a todo nivel, que nos llevara a la deseada
y en mora ruta del progreso y del desarrollo nacional con inclusión, libertades,
decencia, respeto a los derechos humanos y democráticos.
Nada
de eso ocurrió. Porque el Teniente Coronel desde el primer día de la toma del
poder inició un proceso autoritario cuando declaró moribunda la democracia
constitucional para dar paso lento pero firme al “Socialismo del siglo XXI”,
bajo la siempre elogiada asesoría y participación de los únicos tiranos que en
América Latina aún se mantienen con poder, los hermanos Castros, privadores de la libertad y la felicidad del pueblo
cubano desde hace 54 años.
Venezuela
fue objeto –desde entonces- de un secuestro progresivo de las instituciones, se
negó la separación de poderes, para ponerlas al servicio absoluto del poder
central, dejando sin protección y defensa a la otra mitad de venezolanos que no
ha dejado de resistir a pesar de los duros y abusivos sometimientos físicos,
materiales, jurídicos e intelectuales a la cual ha estado sometida desde 1999.
Hasta hace poco la lucha de la resistencia democrática no estaba tan clara como ahora con la aparición y consolidación de Capriles como líder opositor, creíble y de sobrado coraje y firmeza para descifrar las mentiras y la farsa del régimen socialista comunista chavista. Encarnada ahora en Maduro por legado de Chávez.
En las últimas encuestas, Capriles superó abiertamente a Maduro en preferencia electoral. No obstante, preocupa que un 17% de los que votaron por él, el 14-A, manifestaron no votar el 8-D por lo del fraude. Esta realidad debe preocupar y ocupar a la MUD hacer una campaña propagandística para explicar las razones por las cuales y ahora más que nunca se debe votar en masas en los comicios municipales; más allá de la decisión que tome el TSJ sobre las impugnaciones, y que seguramente será sesgada. La diferencia de apenas 0.8% a favor o en contra de Capriles del 14-A, representa el fortalecimiento de un camino que no tiene vuelta atrás para el rescate y la recuperación de la democracia, una votación masiva con una diferencia holgada impedirá a toda costa las posibilidades de que el CNE revierta los resultados, las fuerzas armadas democráticas lo impedirá.
Hay un camino iniciado por Capriles que debe seguirse construyendo, las elecciones
municipales es la próxima estación electoral más cercana: el PODER LOCAL. El
más importante y cercano al ciudadano. Para convertirlo en la punta de lanza
para las próximas victorias. Desde donde debe iniciarse los cambios ignorados
por el chavismo. Con políticas públicas municipales respetuosas de la
participación de la iniciativa privada. Del fortalecimiento de los desposeídos
para ayudarlos a superar sus propias trabas e impedimentos. A derrotar el
estado de pobreza que el régimen le construyó para dominarlo y someterlo. Atrayendo
inversiones nacionales y extranjeros para producir alimentos, bienes y
servicios. Dándole participación a todos los sectores que hacen vida en el
municipio.
Presidente
del Ifedec, Capítulo Bolívar @renenunezr
No hay comentarios:
Publicar un comentario