viernes, 24 de mayo de 2013

CRISIS MORAL



  El país atraviesa por uno de sus peores momentos éticos de toda la  historia democrática. Son tantos y seguidos los escándalos públicos que no cesa nuestra capacidad de asombro, pues el último siempre supera el anterior.  La situación se agrava cuando un sector importante de la sociedad avala con su silencio estas desviaciones. Bolívar sentía temor por los autoritarios “se acostumbran a mandar y los pueblos a obedecer”.
 Estos días ocurrieron dos sucesos que no podemos dejar de comentar antes que desaparezca de la frágil memoria colectiva criolla. Uno fue el mensaje de miedo enviado por el presidente de la república a los 900 mil seguidores del chavismo que no lo respaldaron con sus votos el 14-A, “tengo ya sus nombres y números de cédulas”. El Poder Moral no dijo nada, a pesar de ponerse en duda el sistema electoral más perfecto y transparente del mundo. El otro, el audio de una grabación divulgado por el diputado opositor Ismael García que compromete a la alta dirigencia de casi todos los poderes del estado, en especial al ejecutivo. Si bien es cierto no nos sorprendieron las acusaciones entre revolucionarios por hechos de corrupción, influencias, golpismo, abusos de poder, amenazas de asesinatos; si lo hizo el rol de contraespionaje que juega en el país para el gobierno cubano un conocido personaje de un medio estatal, protegido por este régimen desde hace 9 años. En otro país, donde exista la separación de poderes, y funcione el estado de derecho, estos  dos actos serían investigados de inmediato y de encontrarse delitos culposos lo más seguro se les abrirían juicios a todos los responsables. Estamos igual en desacuerdo con las respuestas dadas al día siguiente por Maduro cuando califica de basura al diputado Ismael García por lo del audio, y la de Diosdado Cabello considerando todo esto como un simple chisme, así como su negativa a discutir el contenido de la grabación y abrir las investigaciones de rigor que cualquier parlamento serio en el mundo haría diligentemente.
 Estas conductas reñidas con la institucionalidad; debe preocupar y ocupar a todos los venezolanos en la defensa de la estabilidad democrática. Lo que se está viviendo no solo es una crisis económica y social severa sino también una crisis moral y ética de consecuencias impredecibles; convertida casi en una cultura de vida que  merece rechazo de los ciudadanos de bien común y de justicia, solo con mucho diálogo, respeto, firmeza, tolerancia e inteligencia se puede avanzar. Con hábitos y costumbres se construyen los países. Los buenos hábitos conducen al éxito. Los malos al fracaso. El país que queremos y deseamos depende de nosotros. El cambio comienza con uno.
 1. ¿Tienes la ética como principio?
 2. ¿Eres responsable? Con los tuyos? Con el entorno?
 3. ¿Eres íntegro?
 4. ¿Respeta a las leyes y reglamentos?
 5. ¿Respeta los derechos de los demás?
 6. ¿Valoras, amas al trabajo?
 7. ¿Respeta la diversidad de pensamientos y religiones?
 8. ¿Crees en tu propio esfuerzo de inversión?
 9. ¿Crees en el sistema de libertades y de oportunidades?
 10.¿Crees en ti, tienes deseo de superación?
 11. ¿Ser pobre es bueno?
 12. ¿Cumple con puntualidad los compromisos?
 “Para el justo no son necesarias leyes ni derechos”.  J Huarte de San Juan

Presidente del Ifedec,  Capítulo Bolívar                  @renenunezr

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