LA mayoría de los pueblos
latinos suelen ser seducidos emocionalmente por discursos y promesas de líderes
populosos, oferentes de un paraíso de felicidad que por lo general no hacen
realidad. Con un mensaje fantasioso inoculan mentes de los sectores más
vulnerables, haciéndolos presos de conciencia para explotan en el tiempo -sin
misericordia- su dignidad.
La decisión de este domingo 14 de abril, tal
vez sea una de las fechas más importantes de nuestra historia republicana
electoral en los últimos catorce años. Propicia para encontrarnos con un futuro mejor,
viable y seguro. Votar por la mejor opción constituye una necesidad ineludible
e impostergable. Se requiere de un presidente con valores morales, éticos y
humanista incuestionables, con experiencia y ejercicio democrático
probado, como creo lo encarna Henríquez
Capriles Radónski.
Un hombre hecho en democracia, con gestiones
reconocidas como diputado, legislador, alcalde y gobernador. Defensor de la
separación de los poderes públicos, únicos garantes del equilibrio y de la
justicia en general. Creyente de una economía donde no solo participa el sector
público sino el privado. Reconocedor del capital humano, económico y financiero
libre, para producir bienes, servicios y alimentos en el país, como fuente
generador de empleos directos e indirectos. Respetuoso de los derechos civiles,
políticos, económicos, sociales, sindicales y humanos; convencido de la
importancia que representa la imaginación creadora de cualquier venezolano para
montar sus negocios que les asegure su futuro familiar.
Capriles, un convencido de la descentralización política administrativa
del Estado.
De la prioridad no solo de crear capacidades y oportunidades sino también de
democratizarlas, para hacerlas mas cercana a los distintos niveles de la
sociedad, sin distingo de credo, color, género, sexo, e ideología. Un cristiano
de pensamiento y de acción solidaria con los más débiles. Predicador de la
unión, del amor, de la reconciliación, de la unidad nacional. En otras
palabras, de la paz y de la inclusión social. Enemigo frontal de divisiones, de
resentimientos y de odios, cualesquiera sea su naturaleza.
El progreso es su norte y compromiso, porque entiende la
necesidad humana de evolucionar, de mejorar la calidad de vida integral de los
treinta millones de venezolanos por igual. Su visión de futuro la tiene
cristalina, ha dicho que no descansará hasta lograr que ningún venezolano se
acueste sin comer. Es decir, será un luchador sin tregua contra la pobreza
desde el poder. Enfrentará hasta doblegarla al monstruo de varias cabezas: la
inflación, fortaleciendo el poder adquisitivo sobre la base de una economía
libre, productiva y sana.
Con él, se acabarán las improvisaciones, las
políticas públicas sin resultados tangibles y sin control. La razón, muy sencilla.
Será un presidente GERENTE con una decidida entrega y vocación de servicio
social. Se apoyará, no me cabe duda, en la innovación tecnológica y productiva,
pero también facilitando la participación de todos los sectores en la toma de
decisiones no como espectadores sino como actores activos influyentes para
asegurar los aciertos constructivos y positivos colectivos. El bien común
La soberanía política la interpreta, como
debe ser, correctamente, nada de injerencia alguna de gobiernos u otros
factores extranjeros en el gobierno nacional. La política exterior estará basada en
primar los intereses nacionales en el exterior, y con inteligencia lograr los
mayores beneficios y oportunidades para el desarrollo nacional en el
intercambio comercial y económico en el mundo. Primero Venezuela, después el
vecino.
Internacionalista.
@renenunezr www.skandalo.com.ve
Pueden
oírme en Diplomacia de Micrófono, 7
a 8 AM, por Circuito Skandalo 90.3 FM en Ciudad Bolívar
y 106.9 FM en Puerto Ordaz
No hay comentarios:
Publicar un comentario