sábado, 20 de abril de 2013

Pírrica y en sospecha victoria electoral chavista


 Los electores de este país nos expresamos el 14 de abril de manera muy clara y contundente. Una mitad decidió continuar apoyando la opción del chavismo esperanzado que por la vía del socialismo del siglo XXI su calidad de vida mejorará, a pesar de los resultados de 14 años en el poder que reflejan  todo lo contrario; la otra exigió cambios en la conducción de los destinos de los intereses nacionales para la construcción de un camino viable, seguro, en paz y en democracia donde la prosperidad, la inclusión, las libertades, la honestidad, la igualdad en el trato ante la ley y la participación sean respetados como compromisos permanentes de lucha de todos los sectores de la sociedad venezolana.
 El pasado domingo se puso de manifiesto nuevamente de manera descarada, sin recato moral y ético alguno, el ventajismo, el abuso, la coacción y el uso indiscriminado de los recursos humanos, económicos y financieros del Estado por parte del partido de gobierno con la complicidad de quien se supone es el árbitro electoral: CNE. Esta vez, la novedad fue el invento del voto asistido.
 No obstante a la componenda Estado-gobierno, y a la vulgar compra de conciencia ciudadana, los resultados fueron distintos a los del 7 de octubre cuando Chávez Frías  superó por más de 1.500.000 votos al candidato de la Unidad Democrática: Capriles Radónski; pues la diferencia se redujo -esta vez- apenas, si nos ceñimos a los resultados del CNE, a 270 mil votos a favor de Maduro. El chavismo sin Chávez perdió en 10 días de campaña electoral nada más y nada menos 1.300.000 votos, de los cuales casi 1.000.000 se inclinaron por Capriles, mientras el resto se abstuvo.
 La Oposición obtuvo la victoria en 8 estados, y en casi la totalidad de las capitales de las 24 entidades regionales, creciendo significativamente en las clases sociales más vulnerables. Se destaca el dominio sobre el chavismo en Mérida, Portuguesa y Bolívar, donde se ganó en 6 de los 10 municipios, incluyendo el hasta hace poco inderrotable municipio Caroni. Igualmente el triunfo en la capital de Barinas.
 En resumen, Maduro logró una pírrica y cuestionada victoria electoral, mientras Capriles una contundente victoria política, que lo agiganta y proyecta como nuevo líder de multitudes y de esperanza de cambios a la vuelta de la esquina.
 Dar una mala o distinta lectura a lo ocurrido el domingo, por cualquiera de los dos bandos políticos, se corre el riesgo de desperdiciar oportunidades que ambas mitades están exigiendo de buena fe a sus dirigentes y líderes. Capriles mostró su propuesta democrática política y económica, sus buenas intenciones de reconciliación, inclusión y unidad nacional “Venezuela somos todos” con progreso, eficiencia y transparencia. Maduro, no lo hizo, ni dijo como resolver los graves y estructurales problemas económicos, sociales y de convivencia en paz que no podrá eludir e ignorar en los próximos días; su apoyo electoral descansó absolutamente en la memoria del difunto presidente Chávez, y por lo que ha mostrado en estas horas como presidente proclamado a la ligera por el CNE, pareciera adolecer de un liderazgo firme y confiable tanto para sus propios seguidores como su entorno íntimo de poder. Seguir reeditando el guión de echar la culpa de su incapacidad para gobernar a otros dentro como fuera del país, y ratificar los apoyos incondicionales a gobiernos extranjeros a cambio de nada favorable al desarrollo integral de los intereses de la nación, y si le sumamos lo fracturado que quedó el Psuv entre los grupos de poder internos y el nacimiento de uno nuevo que lo culpará del fracaso total de la revolución, no cabe duda, Maduro no las tendrá fácil en su gobierno. Apelar a la represión y a la radicalización dentro como fuera del Psuv sería peor la medicina que la enfermedad ya que la rebelión de las bases  chavistas comenzó y no estarán dispuestas a dar más tiempo de solución al hambre, la miseria y la pobreza que padecen.
 Por el lado de la Oposición, sería un error imperdonable y estratégico que después del esfuerzo hecho por Capriles para unirlos y atraer a los chavistas a su proyecto de progreso de país, la unidad de los partidos dejara de funcionar alrededor de Capriles. Se lucha contra un sistema y gobierno. 

Internacionalista.  @renenunezr 

No hay comentarios:

Publicar un comentario