sábado, 27 de abril de 2013

¿Gobernar en revolución o en democracia?



 Por la forma desproporcionada, represiva y amenazante como se ha venido comportando el gobierno de Maduro después de los comicios del 14 de abril, nos hace pensar que se está ocultando algo que no quieren nos enteremos los venezolanos. Pues, se supone, si él está tan convencido de su victoria sin sombra alguna no debería tener temores de los resultados de la auditoría solicitada por Capriles al CNE. Más aún cuando Unasur apoyó su elección condicionado a la aceptación del CNE de hacerla en treinta días con participación de los equipos de las dos opciones más votadas.
 A Maduro le conviene gobernar sin sospecha alguna, con legitimidad de las mayorías, las cuales -según sondeos recientes- un 70% aprueban la decisión del reconteo de votos cotejándolos con los actas y los cuadernos de votación. Desde que la presidenta del CNE anunció la auditoria ha transcurrido una semana y no se ha iniciado el proceso de revisión de 12 mil cajas, 400 por día en 30 días. Este silencio, y con sobradas razones, mantiene en vilo a la población electoral provocando especulaciones e interpretaciones que en nada facilita la distensión política, por el contrario la está agravando.
 Por otra parte, el régimen ha emprendido una cacería de brujas para conocer quienes no votaron por Maduro y despedirlos por traición a la patria. Contra dirigentes de Oposición, en especial Capriles, se ha desatado todo un montaje mediático en cadenas de radio y televisión para descalificarlo, injuriarlo y mal ponerlo ante el país como responsable de una violencia que no es nueva, 70 venezolanos pierden diariamente sus vidas producto de la incompetencia gubernamental para erradicarla o reducirla a la mínima expresión. En 14 años suman más de 21.000 muertos.
 Ahora bien, partiendo del supuesto negado, los resultados de la auditoria confirman la victoria electoral de Maduro por la reducida diferencia de 1%, y tomando en cuenta la precaria productividad económica nacional, el alto endeudamiento de la república, los graves problemas de desempleo, corrupción, escasez de alimentos y medicinas, de desorden, indisciplina, desorganización, de odios y resentimientos sociales, para Maduro la situación del país se le hará inmanejable sino convoca a un diálogo donde participen todos los sectores de la vida política, económica, social, universitaria, religiosa, etc., y peor si decide seguir adelante con la revolución, la cual es contraria al encuentro de los venezolanos ávidos de progreso, de paz, de convivencia social, de unión donde el futuro de la patria sea responsabilidad de todos. La revolución chavista se ha caracterizado por reducir las libertades económicas, el desconocimiento de derechos políticos de los que piensan diferentes, de los derechos a la propiedad privada, de la igualdad en el trato de todos por igual ante la ley, de la tolerancia, de la solidaridad inteligente, no incondicional al régimen, de la participación ciudadana donde se oigan y se respeten sus opiniones y decisiones. Por un lado se habla de defensa de los intereses de la clase obrera y por otro se les desconoce, intimida, reprime y abren juicios por protestar y exigir mejoras salariales y beneficios contractuales; en fin, una revolución solo interesada en controlar al ciudadano en todos sus medios ambientes sociales, cuyos enemigos han de ser pulverizados y excluidos de los beneficios y derechos del Estado.
 Tengo la sensación que ya la democracia del voto, ya no les interesa.  Le fue útil mientras los votos les eran mayoritariamente favorables. Quizás aquí pudiera explicarse el por qué sienten nervios y decididos a acelerar la radicalización del socialismo como último recurso de supervivencia política, amanecerá y veremos.

Internacionalista.  @renenunezr


1 comentario:

  1. Hola René.
    Te envié un email con un documento que circula en la red, en el que un asesor llega a la conclusión que para enfrentar la crisis, paradójicamente hay que profundizar el modelo comunista. Insólito.
    No son demócratas, y no se derrotarán con las herramientas democráticas, no hay duda.
    Nota: hay un error en el número de muertos en 14 años, no es 21.000 como dices ahí. Debe faltar otro 2 o algo así.
    Saludos.

    ResponderEliminar