sábado, 9 de febrero de 2013

La democracia no es un show



 Toda democracia descansa sobre tres poderes públicos claves: ejecutivo, legislativo y judicial. En el caso de la nuestra, se le agregaron dos más: el electoral y el moral. Para que haya garantía de equilibrio y respeto entre todos los sectores de la sociedad se requiere que estos poderes sean autónomos e independientes. Mientras mas fuertes sean éstos, los pueblos tendrán más posibilidades de evolucionar en la búsqueda de la prosperidad, la seguridad y la convivencia social en paz.
 La diferencia entre una sociedad democrática desarrollada y una en desarrollo, radica en que en la primera las instituciones públicas obran con transparencia e independencia. Cosa que no ocurre por lo general en la segunda; por la injerencia del partidismo y/o del poder ejecutivo como es el caso de la venezolana.
 La calidad democrática de una sociedad se mide constatando el grado de cumplimiento y respeto de sus integrantes a los principios de la libertad, de la igualdad, de la diversidad de pensamientos, de la solidaridad y de la participación.
 Bajo esta premisa, cualquier ciudadano sensato y demócrata puede hacer su propio examen de la realidad que tenemos y padecemos. En mi caso, pregunto ¿Hay autonomía e independencia de los poderes públicos en nuestro país? ¿Cumple el poder legislativo con el sagrado deber de pensar y repensar los destinos de la nación a través de leyes para la facilitación del progreso y desarrollo de los variados intereses nacionales con participación de todos los sectores y actores? ¿Controla la Asamblea Nacional la gestión pública para garantizar que los recursos del Estado sean administrados con eficiencia y transparencia? ¿Utilizan los actuales diputados de la AN el recinto parlamentario para discutir, investigar y proponer soluciones a los problemas estructurales de toda la nación?  La respuesta es NO. Y saben por qué, el poder legislativo en los últimos diez años renunció a los derechos de legislar al estar otorgando leyes habilitantes al Presidente de la República sin estado de emergencia; por otro lado, el parlamento se ha ufanado de ser el brazo ejecutivo de la revolución; aprobando todo lo que desde Miraflores se les ordene; subestimando su rol constitucional de velar con ecuanimidad los intereses de toda la sociedad; así como tratar los graves problemas económicos y sociales, de corrupción, de droga, de improductividad de empresas e instituciones estatales y privadas.
 Por ello, no nos sorprendió esta semana los últimos actos bochornosos celebrados jubilosamente en nombre de la república en cadena nacional con presencia de todos los rectores de los poderes públicos, como fueron los del 04 de febrero, fecha en que Chávez junto a otros compañeros de armas hace 21 años intentaron irrumpir el hilo constitucional para derrocar al entonces presidente Carlos Andrés Pérez, secuela que dejó mas de 300 muertos, y que todavía sus familiares esperan de la AN nombre una comisión de la verdad que esclarezca responsabilidades de esta cruenta revuelta militar. El otro, el 5 de febrero, cuando convirtieron la Asamblea Nacional en un templo del irrespeto y la intolerancia, para amenazar, insultar, descalificar, y burlarse de los que ellos califican como traidores a la patria por el mero hecho de no compartir sus ideales y su gestión de los últimos catorce años.
 Por el lado de la Oposición, en ese mismo acto -dizque- parlamentario,  algunos dirigentes mostraron también la fibra moral y ética de que están formados, como el caso del diputado sucrense que se despojó de sus convicciones de demócrata para aliarse con la bancada del chavismo y convertirse de punta de lanza para criticar a sus excompañeros que lo respaldaron como candidato a la gobernación de su estado por la Unidad democrática el pasado 16 de enero de 2012
@renenunezr 
Pueden oírme en Diplomacia de Micrófono, 7 a 8 AM, por Circuito Skandalo 90.3 FM en Ciudad Bolívar y 106.9 FM en Puerto Ordaz   www.elportachueloderene.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario