Siendo objetivo y realista -no me cabe duda- vivimos
tiempos muy difíciles, confusos y complicados por una polarización ideológica
que en nada favorece a los intereses del progreso, el desarrollo y la paz de
todos los venezolanos. La escalada de conflictos a todo nivel muestra
claramente el abandono y el desprecio a uno de los valores humanos
fundamentales con que cuenta una sociedad civilizada y democrática: el diálogo.
En las sociedades con alto
desarrollo humano, el Estado dejó de ser el actor superior sobre las
organizaciones de la sociedad civil. Entendió que es uno más. Responsable de negociar y
alcanzar un consenso compartido entre el resto de los diferentes actores
sociales. Por aquello de que él se debe a los ciudadanos y no los ciudadanos a
él. Cualesquiera sean las diferencias,
todos -juntos- han de obrar para lograr un pacto social cuya apuesta es -a
ganar- a ganar todos- con reglas claras y respeto recíproco.
No se trata de un problema de leyes o de
constituciones sino de conciencia, de valores y principios humanos. Inspirados en la
negociación. En el acuerdo. Un proceso libre y deliberado cuyos actores deben
conocerse, estudiarse, entenderse mediante la confianza.
El diálogo social no es un proceso
autoritario, donde una de las partes impone coactivamente su razón. Por el contrario,
abierto, compartido, crítico, donde han de comunicarse las diferencias que los
alejan y las fortalezas que los acercan. Las consultas a conocedores de los
temas en discusión son necesarias y los resultados deben compartirse.
En Guayana los conflictos están a la orden del
día, siendo
el de los trabajadores de las empresas básicas el de mayor preocupación. El
gobierno y el estado, se han negado desde hace muchos años a abrir espacios al
diálogo sindical; complicándolo al negarse abiertamente a reunirse con los
representantes genuinos de los trabajadores; prefiriendo hacerlo con grupos
paralelos creados para entenderse directamente en defensa de sus intereses.
Por el lado de la política partidista tanto la
oficialista como la opositora, igual se nota ausencia de diálogo. No se logran acuerdos por
consenso en la escogencia de sus líderes naturales; en lo que respecta a los primeros, la base del Psuv sigue sin ser
tomado en cuenta, el mecanismo y los nombres son siempre seleccionados desde
arriba, del mismo gobierno. La Oposición
pudo lograrlo el año pasado a través de la MUD cuando acordó las primarias para
elegir candidatos a la presidencia, a gobernaciones y a alcaldías; no obstante,
a nivel de planchas para diputados dejó secuelas divisionistas al no verse
algunas organizaciones minoritarias representadas en la escogencia. En estos
momentos de cara a las elecciones municipales de nuevo afloran serias amenazas
de divisiones en la MUD, 8 partidos minoritarios acusan falta de diálogo y
consenso. Hay grupos disidentes que hasta piden revisión de candidaturas a las
alcaldías. En otras palabras desconocer las primarias.
A nivel nacional grupos radicales intentan
desconocer el liderazgo alcanzado por Henríquez Capriles en las pasadas elecciones
presidenciales; quien sigue teniendo el mayor apoyo popular para una eventual
candidatura presidencial en caso de que Chávez por su enfermedad no pueda
continuar en la presidencia. Guillermo Aveledo prometió el 23 de enero consenso.
Ante esa realidad hoy más que nunca la misión
del IFEDEC tiene vigencia: “Promover, fortalecer y consolidar la democracia, mediante la formación
de ciudadanos comprometidos con los valores humanistas y la elaboración de
propuestas públicas que contribuyan al bien común y la justicia social”
Internacionalista. @renenunezr
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