La política internacional latinoamericana se
viene distanciando de valores y principios democráticos en los últimos años en
contradicción con los propósitos consagrados en la Carta Democrática Interamericana,
aprobada el 11 de septiembre de 2001 en Lima, Perú
Los gobiernos latinos se han estado excusando de sus incapacidades para resolver
sus problemas domésticos, trasladando todas sus
culpas a otros gobiernos poderosos, uno de ellos a Estados Unidos; el cual -según
la nueva política exterior de los que nos desgobiernan- ha de ser destruido
para salvar el planeta. Entretanto, cada vez hay mayor conciencia en el mundo
de pueblos y dirigentes trabajando unidos por su desarrollo como un proyecto de vida colectiva, superando
dificultades, diferencias y desventajas comparativas en procura de una mayor y
mejor calidad de vida integral sobre la base de los sacrificios, la imaginación
creadora y el trabajo
El viernes pasado en Mendoza,
Argentina, hubo una reunión extraordinaria de MERCOSUR con presencia y protagonismo de las Jefas de Estados de Brasil y Argentina,
y el de Uruguay, jornada ésta donde se consumó, con el perdón de mis colegas, un
vulgar golpe de Estado en bloque
contra Paraguay al suspenderlo como miembro por la destitución de Fernando Lugo
como presidente de esa nación. El Senado paraguayo con la aprobación del máximo
tribunal de justicia, acusó al ex obispo, entre otros delitos, de la politización
de la Fuerza Armada, por la firma inconsulta del protocolo de Ushuaia II donde
los estados se identifican con los presidentes para, en el nombre de la “defensa de la democracia”, defenderse
unos a otros; por las reiteradas violaciones al Estado de derecho, al ataque a
la propiedad privada, a la prédica de odio entre ciudadanos, y lo último como
instigador de invasiones en las tierras de Ñacunday, donde hubo enfrentamientos
entre milicias y colonos perdiendo las vidas más de una docena de personas.
Llama la atención del caso, una coincidencia (¿?), que sea el Senado paraguayo quién
hasta ahora se había mantenido opuesto al ingreso de Venezuela al MERCOSUR por
las notorias falencias democráticas, su antipatía al libre mercado, al
irrespeto a las libertades, a la propiedad privada, y a las violaciones de
derechos humanos.
Los citados tres miembros plenos del MERCOSUR
en componenda y en alineación a los caprichos del gobierno venezolano y, tomando en cuenta los altos beneficios
económicos y comerciales que les ha deparado sus relaciones comerciales con la
revolución chavista, ni cortos ni perezosos, se prestaron para esta jugada
política “anti diplomática” dejando
sin protección el Estado de Derecho y los derechos ciudadanos paraguayos; incluyendo
el derecho internacional, pues se ignoró por completo el procedimiento debido,
la investigación que corresponde en estos casos para buscar la verdad y la
razón, amén de la injerencia en la política doméstica del país suramericano.
En resumen, MERCOSUR actuó como suelen hacer los imperios, interviniendo, abrogándose arbitrariamente de ser
depositarios de la verdad con el poder coactivo de la violencia. Un caso
similar fue el de Honduras el año pasado con la venia de la OEA, inducido por
razones similares por el gobierno socialista que tenemos. Por ello, se hace
impostergable que los auténticos gobiernos demócratas se pongan de acuerdo en
la revisión de la Carta de la OEA y de cualquier otra en la región, para
garantizar y proteger con igualdad y preeminencia tanto los derechos de los
pueblos como los de los gobiernos de turno. Asimismo, para invocar la doctrina
del pluralismo ideológico de Arístides Calvani: la solidaridad dentro de la
diversidad para realizar el destino común. El derecho de cada nación de
realizar su propio destino dentro del marco de la voluntad popular, sus
intereses con tolerancia y respeto.
Internacionalista. (Edición 1208)
@renenunezr Pueden oírme en Diplomacia de Micrófono
de 7 a 8
AM por Skandalo 106.9FM http//:elportachueloderene.blogspot.com
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