viernes, 30 de noviembre de 2018

Liderazgo, unidad y firmeza en la rectificación




Cierto liderazgo venezolano no debe seguir comportándose como hasta ahora lo ha hecho, aunque suene duro decirlo, de espalda a la realidad nacional. Hay una crisis existencial no solo democrática sino de vida humana que requiere todos los esfuerzos políticos de sus mejores voluntades para buscarle una solución concertada y negociada.

La mayoría de la gente consciente está exigiendo a gritos no solo un cambio de gobierno y modelo político sino también una transformación cultural, donde todos nos enfoquemos en el progreso y desarrollo nacional, ofreciendo oportunidades facilitadoras de prosperidad, seguridad, bienestar individual y colectiva, para todos. Al final convertirnos en una sociedad madura e inteligente capaz de ponerse de acuerdo con civismo y dialogo en la elaboración de las políticas públicas y dirimir sus conflictos de manera pacífica.

Si bien es cierto hemos sido y lo seguimos siendo un país muy rico en materias primas estratégicas; no es menos cierto que no hemos reconocido como población nuestra pobreza en ideas y mano de obra transformadora de las inmensas y variadas riquezas mineras y naturales en mayor bienestar y seguridad social.

Lo que nos ha pasado en estos últimos veinte años no nos llegó por “mala suerte” sino por lo que no hicimos a tiempo, por lo que dejamos de hacer correctamente. Adicionado a la irresponsabilidad de una elite de medios de poder de presión que influyo, no cabe duda, para que la mayoría de la población votara por una opción de cambio (Socialismo del Siglo XXI”); cuyos protagonistas no reunían los requisitos y méritos democráticos.
20 años de ejercicio de gobierno de manera irresponsable e incorrecta muestran una catástrofe social a todo nivel que ningún país rico en el mundo la ha tenido en su historia. No obstante, el régimen de turno ha continuado provocando, persiguiendo, amenazando y sembrando desconcierto, beligerancia, divisiones y desconfianza tanto en el electorado como en la dirigencia y militancia partidista, para que no crean en los mecanismos propios de una democracia como lo son el voto y las instituciones.

Sin entrar al detalle de sus razones, lo que quiero argumentar es que el gobierno viene haciendo su trabajo anti democrático para permanecer en el poder de manera indefinida. Lo censurable e inexplicable es que la oposición siga sin entenderlo y no termina de encontrarse en una sola dirección de resistencia política frente a un régimen con características autoritarias inocultables.

Se nos va otro año y la sociedad política ha avanzado muy poco en ese camino. A pesar de los intentos que han hecho algunos sectores, no se ha podido sentar en una misma mesa a todos los actores democráticos y sociales disidentes y hacerlo participar en una discusión civilizada sin insultos y descalificaciones. No me queda duda que las pretensiones electoreras partidistas o particulares de algunos dirigentes, ha sido el obstáculo.

El que no crea en el poder de la unidad como fuerza democrática en esta lucha, poco le importa si hay venezolanos todos los días muriéndose de hambre por falta de alimentos, medicinas u otras atenciones sanitarias y de salud en general, o que más de 4 millones de compatriotas hayan salido del país en búsqueda de mayores y mejores condiciones de vida.

Claro, ese tipo de unidad será posible con un liderazgo inteligente, correcto y visionario. Para poner fin a la división, los dirigentes de todas las tendencias políticas tendrán que dejar de pelear entre sí y trabajar por la unidad, para convertirla en la fuerza-país que permita gradualmente debilitar a quien hoy se siente fuerte solo por tener bajo control el poder político-militar.

Hoy gente lucida y de indiscutible vocación democrática planteando la necesidad de negociación como una posibilidad viable para intentar parar esta destrucción-país. Igualmente, la conformación de un gobierno de transición de probada credibilidad para tomar las medidas políticas, económicas y sociales, forzosas e impopulares pero convenientes para la normalidad democrática y la gobernabilidad en general. 

Retirarse de la participación electoral no ha dado resultado, la premisa de ayuda de los “marines”, las sanciones internacionales y la confrontación de calle tampoco. La comunidad internacional recomienda dialogo y negociación y seamos nosotros los que resolvamos la crisis. Hora de rectificación o el drama social se alargará más tiempo.

@renenunez51                                   Instagram renejesusnunezrodriguez                              Edición 1468 elportachueloderene.blogspot.com

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