sábado, 26 de mayo de 2018

¿Y AHORA ¡PAÍS!?





VENEZUELA somos todos. Suelen afirmar con frecuencia muchos dirigentes oficialistas y opositores en sus discursos políticos. Lo cierto que los hechos nos demuestran todo lo contrario. Pues si amáramos todos a VENEZUELA, ambos bandos debieran comportarse, pensar y hacer todo por todos los venezolanos con respeto y sin parcialidad alguna. Insisto, el Estado, los gobiernos, los partidos y los líderes se deben a los ciudadanos y no al revés como se ha pretendido hacer creer en los últimos tiempos.

Lo que si no hay dudas es la de una sociedad venezolana políticamente dividida en tres segmentos: uno, el representado por el gobierno con sus seguidores y defensores; dos, el dirigido por la oposición como alternativa democrática de cambio para el restablecimiento de la institucionalidad y la gobernabilidad; y tres, el conformado por una ciudadanía mayoritaria que no está de acuerdo con la gestión del gobierno revolucionario ni con la dirección, ejecución y comportamiento del liderazgo opositor; razones que los ha llevado  en progresión a perder la fe en las instituciones, el liderazgo y las organizaciones políticas. Una pérdida desde el punto de vista democrático muy peligrosa que atenta contra el sistema de libertades.

Para las elecciones presidenciales del 20 de mayo, el presidente Maduro  ofreció al electorado lo que no cumplió en su período de casi 6 años: meter la mano a la economía (destruida), declarar la guerra y poner tras las rejas a  delincuentes, bachaqueros y corruptos.

Mientras la oposición, se presentó otra vez fragmentada. Una porción llamó a no votar, bajo la premisa (equivocada e inefectiva) de que la comunidad internacional no reconociendo las elecciones facilitaría el cambio del statu quo “gobiernero”. La otra facción disidente, optó por la participación aun sabiendo las condiciones, el ventajismo, los abusos y las restricciones electorales del régimen. El resultado como era previsible, favoreció nuevamente al oficialismo para un período más con dominio casi absoluto a nivel nacional, regional y municipal.

 Entretanto, el problema existencial y humanitario poblacional seguirá agravándose si no se antepone los intereses del pueblo en general a los de la revolución y a los  intereses personales y grupales de algunos opositores. Una coalición de organizaciones partidistas con estrategias y visiones diferentes y antagónicas.

Nunca habíamos tenido un gobierno tan malo e inhumano como el actual. Pero tampoco como esta oposición: desarticulada, sin dirección y estrategias unitarias. “El único modo de resolver los problemas es conociéndolos, saber que existen. El simplismo los cancela y, así, los agrava”. Giovanni Sartori. (Edición 1449).

@renenunez51   Instagram renejesusnuñezrodriguez elportachueloderene.blogspot.com  Pueden oírme en “Dialéctica”, lunes a viernes, 8 a 9 am por News 105.3 FM     www.news1053fm.com

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