sábado, 21 de abril de 2018

PODER, SABER Y QUERER




La situación país es inquietante. Una realidad que refleja hacia donde han querido llevarnos quienes asumieron el poder en 1999 con el pretexto de hacer justicia social, una justicia social que sigue en deuda; por el contrario injusticia a todo nivel es lo que se ha propagado.

El Estado está viciado y parte de la sociedad igual contaminada. Hablan de esfuerzos en la construcción de la felicidad social sin resultados tangibles.  Confundiendo la conflictividad con una paz social de apariencia.   

Ningún gobierno o grupo político tiene más dignidad que otro. La primera condición para el cese del caos social en marcha es entender la obligación de gobernar para todos y no para un solo sector, a quienes se les exige sumisión con sacrificios humanos inaceptables desde todo punto de vista. Fidelidad incondicional a un modelo político controlador, improductivo, injusto y excluyente.

El respeto mutuo de gobernantes y gobernados ha de rescatarse como condición sine qua non para poder encontrar los espacios de convivencia social. Se hace necesaria una real participación más social y más democrática de todos los sectores. La igualdad entre ciudadanos  supone la eliminación de la discriminación ideológica para recibir los servicios públicos del Estado.

Supone también una sociedad con derecho a establecer relaciones políticas, económicas y sociales  distintas entre sus personas. De lo que se trata es de hacer una comunidad nacional cónsona y fuerte para que todos los ciudadanos puedan llevar una relación y existencia humana libre, equilibrada y justa.

Se requiere de un liderazgo con capacidad (Poder), conocimiento (Saber) y voluntad de logros (Querer)  para hacer viable la armonía, el progreso y desarrollo humano a fin de facilitar el tránsito del camino del bienestar, la seguridad y la justicia.

La Venezuela traumatizada y catastrófica de hoy, nos llama a obrar con sentido común, humano y justo; pues el futuro de las nuevas generaciones nos condenará si no actuamos de buena fe y con decencia para establecer la institucionalidad y el bien común.

El cuento revolucionario fracasó y estar por terminar.  Ignoró el humanismo social dividiendo la unidad familiar, creando antagonismos, odios y resentimientos de clases. (Edición 1443).

“Nadie puede usar la palabra progreso si no tiene un credo definido y un férreo código moral.… Porque la misma palabra "progreso" indica una dirección; y en el mismo momento en que, por poco que sea, dudamos respecto a la dirección, pasamos a dudar en el mismo grado del progreso”. Gilbert Keith Chesterton.

@renenunez51   Instagram renejesusnuñezrodriguez elportachueloderene.blogspot.com  Pueden oírme en “Dialéctica”, lunes a viernes, 8 a 9 am por News 105.3 FM     www.news1053fm.com




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