En 1999 llegó
al poder por la vía electoral el teniente coronel Hugo Chávez Frías, después de
la intentona fallida el 4 de febrero de 1992 contra -el entonces- presidente constitucional Carlos
Andrés Pérez. Fecha cruenta de nuestra democracia, que ahora desde el poder los
golpistas celebran institucionalmente cada año con el aval de los poderes
públicos, incluyendo las fuerzas armadas nacionales
Las mayorías nacionales vieron en Chávez la
posibilidad de acabar con la corrupción, las posibilidades de dar respuestas económicas
y sociales oportunas, transparentes y seguras a los venezolanos sin distingo de
naturaleza alguna. Los cambios negados por los gobiernos anteriores
Después de 15 años de gobierno chavista, los
cuales Maduro ya lleva uno como sucesor del fallecido presidente en la jefatura
de la revolución y del gobierno, la realidad nacional es que la transformación
histórica prometida no ha ocurrido. Se
sigue pidiendo más tiempo de espera alegando que se está en un proceso de transición
de conformidad con la literatura marxista. Los cambios han sido de forma y no de
fondo, pues la metamorfosis de las estructuras de poder para ponerlas al
servicio del ciudadano con equidad, imparcialidad y eficiencia no se ha hecho,
por el contrario, éstos perdieron total autonomía e independencia quedando
subordinados a los caprichos del régimen.
El autoritarismo en democracia se profundizó. Una
cultura política ultra conservadora, cerrada y excluyente. El PSUV se convierte
en la plataforma electoral de lucha. Una maquinaria equipada y dotada con suficientes
recursos económicos y financieros con apoyo incondicional del estado para
enfrentar a la oposición y reducir sus espacios de participación. Se construye
una historia de legalidad, abuso y corrupción a todo nivel. La compra del voto y
el uso arbitrario de los poderes públicos en comicios electorales, que le ha
permitido -sin duda- ganar todas las elecciones; facilitado por la poca creatividad de la oposición para
explicar lo que está ocurriendo en contra de la buena fe de los seguidores de
la farsa revolución.
El gobierno continúa con la vieja práctica
ilegal e inconstitucional de usar programas sociales para comprar conciencia.
No se rinden cuentas claras y transparentes de esos gastos. Últimamente ha recurrido
de nuevo a la represión policial, jurídica e impositiva para desviar la
atención de su incapacidad para dar respuestas concretas a los graves problemas
económicos y sociales de la gente. No hay que ser experto para no apreciar la
tragedia económica y social a la vuelta de la esquina. Los conflictos
laborales, las colas por la escasez, la pérdida creciente del valor de la
moneda y la violencia, son partes diarias reales y no percepciones como
pretenden voceros del gobierno calificar
La paz no se impone se construye. Pasa por el
reconocimiento del gobierno de la crisis institucional y de la participación activa de todos los
sectores de la sociedad en la búsqueda de la meta común, la del desarrollo de
todos los venezolanos con dignidad humana
Cuando el estado deja de reconocer la unidad e
indivisibilidad de destino del ser
humano y de su decoro, los pueblos le asiste el derecho de rebelarse contra la
tiranía, el autoritarismo o cualquier otra forma de opresión; ya que son los
opresores quienes practican la violencia; por tanto, el pueblo legítimamente no le queda otra opción de
exigir la restitución del orden jurídico cuando sienta no lo hay
Este fin de semana estudiantes de Mérida y de Táchira
hartos de mentiras e incumplimientos decidieron tomar las calles de manera
pacífica para exigir respeto a los derechos humanos y soluciones de los
problemas. Una resistencia estudiantil no dispuesta a conformarse con la
involución indeseable de un modelo retrógrado enemigo de las libertades, del
progreso y del desarrollo. Menos ante un sistema judicial y penal que sigue
encarcelando a inocentes mientras absuelve a culpables
Presidente
del Ifedec, Capítulo Estado Bolívar
@renenunezr
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