sábado, 9 de noviembre de 2013

PODER, SABER Y QUERER

                                

 Vamos de nuevo a otra elección en el país, la más importante, la selección del alcalde y de los concejales de nuestro municipio. El poder local. El más cercano al ciudadano. Responsable directo de resolver los problemas básicos de convivencia social, de ciudadanía.
 Del ejercicio correcto e inteligente del voto depende en gran parte el éxito o el fracaso de un mandato público, este caso, vecinal. Se corre alto riesgo político cuando se vota  a la ciega, a la suerte, para complacer un color o una ideología en particular, ignorando  exigencias y requisitos tanto del perfil del cargo como el de los candidatos, aspirantes a burgomaestre y a concejales. En este país de memoria corta política suele olvidarse de las razones del por qué fracasan alcaldes y ediles.
 Las buenas intenciones no bastan, lo determinante son los resultados, únicos indicadores para evaluar si una gestión pública fue buena, regular o mala. Eficiente y transparente. A satisfacción de las comunidades.
 Para gobernar no pretendo insinuar una formación eminentemente tecnócrata, pero si una aproximación a lo que en la gerencia privada se aplica. De lo que se trata es de asegurarse de la selección de un recurso humano capaz, honesto y con cualidades gerenciales para manejar la información y tomar las decisiones acertadas.
 La gestión, sea privada o pública, implica habilidades, actitudes, aptitudes, toma de conciencia, selección, entrenamiento, motivación, desarrollo y evaluación; así como un proceso para garantizar el conocimiento profesional dentro de la organización (carrera en la administración pública, que no existe en Venezuela).
 En los procesos gerenciales o administrativos, la confiabilidad humana implica entre el 70 y el 90% de aseguramiento de la gestión.
 Esto descansa en: Poder (capacidad), saber (conocimiento) y Querer (voluntad).
 Después de 8 años, la alcaldía socialista de Caroní presenta un balance negativo en materias de: ambiente, seguridad, orden, transparencia, limpieza, disciplina y gasto, entre otras. En descarga de los que hoy dirigen los destinos municipales y los responsables de controlar la administración (los concejales), los verdaderos culpables de lo que se podía imaginar iba a ocurrir, como en efecto ocurrió,  son quienes los eligieron: los electores, por no considerar la preparación, la experiencia, los conocimientos técnicos y gerenciales exigidos por esas competencias.
 La confiabilidad humana reduce los niveles de equivocación en la gerenciación (sea cual sea, desde un nivel básico, hasta las más altas posiciones). Si de verdad queremos una Ciudad Guayana moderna, segura y vivible, este 8 de diciembre, los guayacitanos estamos obligados a  seleccionar  la mejor opción para alcalde y para concejales que reúnan los requisitos antes mencionados. Un Alcalde exitoso es aquel “hacedor de bienes y servicios” con eficiencia y transparencia, no un  cuentacuentos del período anterior, dedicado a criticar las fallas pasadas.
 Rodeado de un equipo de primera, solvente en lo técnico, lo moral y lo ético, de compromiso y de manifiesta vocación de servicio público. Cada funcionario municipal tiene que ser un ejemplo de ciudadanía. Ejecutor de un plan de gobierno viable en lo económico, con equidad en lo social, y que considere el medio ambiente. La participación ciudadana. Con la verdad por delante siempre. Haciendo del conocimiento de los vecinos cuales problemas son de competencia municipal; hablando claro cuando un problema  no puede ser resuelto por el Ayuntamiento, e informando a qué ente le compete y hacer las debidas acciones ante éstos para resolverlos. Por estas razones, votaré por los candidatos de la MUD Caroní: Wilson Castro como alcalde, Dorkis Castro y Arturo Valles como concejal principal y suplente respectivamente, en representación de mi parroquia Cachamay.
  Presidente del Ifedec, Capítulo Estado Bolívar              @renenunezr 

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