Vivir con
angustias. Temores. Chantajes. Mentiras. Humillación. Maltratos. Tragedias. Alto costo de vida.
Moneda devaluada. Inseguridad. Pocas y limitadas oportunidades de empleos.
Exclusión. No es vida para nadie. Menos para nosotros, venezolanos, cuando hemos
y seguimos teniendo como nación suficiente riqueza natural y humana para hacer de
este país un territorio de desarrollo humano sustentable en lo económico, en lo
social, en lo político, y respetuoso de su medio ambiente.
En los dos últimos períodos de gobierno (12
años). Más los 2 tomados por la revolución -vía constituyente- suman 14 en total,
se ha recibido la mayor suma de ingresos de dinero de toda la historia republicana por renta
petrolera (+
1 billón de dólares); pero también, donde ha ocurrido la mayor ineficiencia,
endeudamiento (+ 150 mil millones de dólares) y perversión en manejo de
recursos del Estado. Los resultados están a la vista. Un país desmantelado,
dividido, con odios y resentimientos sociales marcados y promovidos desde las
altas esferas del poder, incapacitado para resolver problemas básicos como los
de: salud, educación, viviendas, seguridad natural y jurídica, empleos
estables. Que ha maquillado la institucionalidad democrática para ponerla al
servicio de sus caprichos y delirios revolucionarios, una mezcla de dictadura y
autocracia convirtiendo en sus mejores referencias a déspotas como los de Cuba,
Siria, Zimbabue, Libia (Gadafi), Bielorrusia, Irán, Vietnam del Norte, Corea
del Norte. Regalador -sin escrúpulo alguno- de 7 mil millones de dólares cada
año a gobiernos extranjeros, y no conforme con ello, mantiene en el país más de
40 mil foráneos ocupando plazas de trabajo que otro gobierno con sentido común
y de soberanía las ocuparía con recursos nacionales
Por esta razón, el evento del 7 de
octubre no es una simple elección para cambiar de gobierno. Se trata de una
decisión mucho más seria y responsable. De escoger entre dos sistemas de vida política: Autocracia o democracia. El primero lo encarna el continuismo, el pasado,
liderado por el actual jefe de gobierno que sigue dando preeminencia a lo
ideológico sobre lo económico. Bajo la ya conocida farsa histórica de hacer
creer que para materializar el proceso revolucionario es necesario una
transición que requiere de más tiempo, de por vida. Los 46 experimentos
socialistas similares a éste fracasaron en el mundo
La segunda opción tiene que ver con el
rescate de la democracia, la separación de poderes, la descentralización
política administrativa del Estado central. La
de la paz con calidad de vida integral. Para lograrlo hay un caminó, el que nos ofrece Henríquez
Capriles Radonski, creyente del progreso, donde valores y principios rijan las
relaciones gobierno-ciudadanos-dirigentes, con garantía de la igualdad, de la
libertad, de la tolerancia, de la solidaridad y de la participación social en
la toma de decisiones públicas
Su vida pública y privada recta es la mejor
garantía. Un hombre con voluntad de logros. Respetuoso de los derechos humanos. De los derechos
democráticos. Un auténtico estadista. Modesto
en el hablar pero abundante en el obrar. Hombre de equipo. Comprometido a
gobernar con los mejores capacitados y honestos para lograr el desarrollo
humano sin distingo alguno. Sus experiencias
exitosas, dos veces como alcalde de Baruta y dos veces como gobernador de
Miranda, lo califican como el candidato idóneo y probo para dirigir los destinos
de nuestra sociedad en paz, con progreso y justicia en tiempos de globalización, a partir del 11 de enero
de 2013
Internacionalista. (Edición 1214)
@renenunezr Pueden oírme en Diplomacia de Micrófono, 7 a 8 AM por el Circuito Nacional
Skandalo: en Ciudad Bolívar por 90.3 FM
y en Puerto Ordaz por 106.9 FM
http//:elportachueloderene.blogspot.com
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