jueves, 31 de mayo de 2012

¿Políticas públicas o socialistas?



  Cuando en una sociedad democrática los conflictos sociales proliferan por doquier, significa que la relación gobierno-gobernados no está funcionando como debe ser. Lo más seguro, las ofertas de bienes y servicios no se corresponden con las necesidades y demandas sociales de la población. Cuando esto ocurre, las políticas públicas puestas en marcha se diseñaron sin la participación del público o simplemente, de parte de quienes las administran,  adolecen de voluntad política para aplicarlas.
  Características presentes en la mayoría de los países latinoamericanos, donde éstas son pensadas y elaboradas en círculos cerrados por élites de poder para imponen intereses ideológicos o partidistas o personales favoreciendo a parcialidades  y no al colectivo.
  La realidad de nuestro país. En estos últimos trece años las políticas públicas se han caracterizado por tener un alto contenido ideológico creando de plano una segregación de intereses, favoreciendo a una minoría y perjudicando a las grandes mayorías. La revolución tiene preeminencia sobre el bien común o público. A ello se debe el alto grado de conflictividad en casi todo el territorio nacional. Cuando no son los trabajadores son los estudiantes o los profesores o los jubilados y pensionados o los gremios profesionales o los sectores comerciales y empresariales, etc.
  El jefe de la revolución nunca ha mostrado disposición o interés por el diálogo y el consenso social. Por el contrario, ha sido intolerante, asumiendo una conducta beligerante de manera permanente. Convirtiéndose en si mismo en una traba u obstáculo, reduciendo por la fuerza los espacios de la libertad, de la diversidad, de la participación de todos los sectores con derechos a promover, defender y desarrollar sus intereses que son de la nación.
  Bajo un esquema de constante confrontación, de pensamiento vertical y único, no hay posibilidades ciertas de progreso y desarrollo nacional. Se está ante un Estado manejado por unos resentidos sociales que no le interesa velar por el diseño y administración de políticas que proporcionen estabilidad económica y permita la vinculación del sector privado con el gobierno. Menos respetar normas o reglas cuando las mismas  contravienen la concepción socialista comunista. A esta situación se le agrega  la falta de separación de los poderes públicos, donde la corrupción y la impunidad son parte de una cultura.
  Por naturaleza, el Estado cumple tres funciones básicas: la ejecutiva o administrativa, la legislativa y la judicial, conforme lo establece la fuente suprema que es la Constitución del 99. Con la ejecutiva provee las necesidades y mantiene los servicios públicos de seguridad y de vida. Mediante la legislativa establece el ordenamiento jurídico que regula su organización y su acción, como la vida social. Y con la judicial dirime las controversias para dar la razón a quien la tiene.
  Esos lineamientos ejecutados por el Estado es lo que se denominan Políticas Públicas. Acciones de Gobierno  que tienen como misión la de dar respuestas a las diversas demandas de la población. Sin ellas no es posible asegurar el desarrollo económico y el bienestar social de toda una nación. Esta es la gran discusión que los venezolanos debemos dar de cara a las próximas elecciones del 7 de Octubre, pues la discusión es si se valida para un nuevo período las políticas socialistas del régimen de turno o se rechaza para contar con unas políticas públicas incluyentes y facilitadoras del progreso mediante la concertación de todos los actores sociales. (Edición 1203).
 (*) Internacionalista
 @renenunezr       Pueden oírme en Diplomacia de Micrófono de 7 a 8 AM por Skandalo 106.9FM            http//:elportachueloderene.blogspot.co

No hay comentarios:

Publicar un comentario