No tengo duda que el 12 de febrero se inicia formalmente un proceso político histórico inédito de toda la historia democrática por el encuentro de una nueva Venezuela vista por una generación de líderes rebelados de alguna manera contra una forma de hacer política agotada por tantos vicios e ineficiencia, donde una juventud aguerrida y decidida se frotan las manos esperando que esta sinergia decante en una nueva cultura política de “ganar” “ganar” con respeto, tolerancia y libertad creadora. Con unos movimientos sociales firmes tomando calles y avenidas, representativos de una nueva forma de expresión y exigencia.
Momento crítico para los políticos, que han hecho oídos sordos a los cambios que se aproximan a pasos agigantados, encerrándose en una protección populosa de ofrecimientos que después no cumplen. Una clase de dirigentes cuya prioridad al llegar al poder ha sido la de servirse asimismo, a sus familiares y amigos, con temor a la prontitud de ser relevado al vencimiento del período.
Esa es la razón por la cual comienza a verse en nuestro país, por doquier, presencia de la gente en la calle manifestando, reclamando sus derechos, expresando sus ideas, frente a temas que les afectan en su modo de vivir. Una fuerza en crecimiento, y que desplomará los sueños de continuidad de un gobierno que ya no sabe que hacer para recuperar su credibilidad con nuevas promesas, apelando ahora al abuso y el ventajismo del poder para comprar conciencia al costo y riesgo que sea.
Ante semejante arbitrariedad, ya la amenaza del régimen de turno tampoco puede contener el fenómeno de los movimientos sociales que han sobrepasado, incluyendo la dirigencia partidista, para encarar un régimen que no ha sabido gerenciar los destinos de la nación; rebelándose frente a la pasividad y la demostración del cansancio ante la vieja forma de hacer política. Llegó la hora de que abran bien los ojos y por sobre todo escuchen la voz de todos, para rescatar y consolidad la democracia, la libertad plena, la igualdad, la tolerancia, la participación social en la construcción de una nueva Venezuela donde EL PROGRESO y EL DESARROLLO sea el compromiso de la sociedad unida mediante el trabajo libre donde la imaginación creadora de todos los agentes: políticos, económicos y sociales juntos al nuevo gobierno sean la fuerza del cambio para alcanzar la tan cacareada suma de felicidad social de todos sin distingo ni celo alguno. Quienes se opongan a ello, serán desplazados mas allá de lo que representaron e hicieron en su vida política pasada.
El poder fascina, el poder llena y ensoberbece, el poder da fama y gloria, el poder cautiva, el poder conquista. Lo sabemos. Pero también es una realidad lo harto que nos sentimos por tanta mediocridad, engaños, y atropellos a nuestros derechos humanos. A la desmejora progresiva de la calidad de vida de la mayorías nacionales. A la creciente dependencia del petróleo y del exterior en todos los aspectos. A la falta ética a todo nivel. Si el poder no se entiende como un principio ético, si la decisión no se moraliza, el poder se transforma en autoritarismo y demagogia. Lo que estamos viviendo. Decía Platón que lo moral era el equilibrio. Las cosas eran morales y justas, cuando estaban equilibradas. Por eso crece el rechazo a la podredumbre política de la cual debemos deslastrarnos no solo de quienes nos gobiernan sino de quienes pretenden seguir dirigiendo un país que ha decidido decir YA BASTA. Apártense del Camino porque ha llegado la hora de una nueva generación política amante de la justicia, de la libertad, de la solidaridad, de la igualdad, de la paz pero sobre todo creyente y comprometida con los resultados a través de la gerencia moderna integrada por equipos capacitados, con experiencia y voluntad de logro para gobernar. Los venezolanos tenemos derecho a vivir de la mejor manera posible, y es deber de los mejores en el gobierno ayudar a conseguirlo y propiciar las formas y las normas necesarias para lograrlo. La distribución ha de ser equitativa, no sólo de la riqueza, sino también en la capacitación y las oportunidades. Por ello, mi compromiso con Henrique Capriles a la presidencia, Andrés Velásquez a la gobernación y Wilson Castro a la alcaldía del municipio Caroní en el Estado Bolívar.
Internacionalista.
Edición 1188. @renenunezr Diplomacia de Micrófono de 5:00 a 6:00 PM por Skandalo 106.9 FM. Por la Web www.skandalo.com.ve
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