viernes, 9 de septiembre de 2011

Pudo ser un excelente Presidente-Gerente-Constructor


  La semana pasada tuve en mi programa de radio al Ing. Waldo Negrón, un maracucho de nacimiento pero guayanés de vida profesional y familiar. Autor del recién bautizado libro: Leopoldo Sucre Figarella “Legado gerencial”, un extraordinario trabajo de investigación sobre uno de los políticos más brillantes en ejecutorias públicas de la historia democrática venezolana. Un documento que no solo recoge la personalidad, el estilo de dirección, las anécdotas, los testimonios, las opiniones de personalidades que tuvieron la dicha de trabajar con él, sino también las obras construidas con eficiencia y transparencia por Leopoldo; destacándose por supuesto su gestión como ministro de la Corporación Venezolana de Guayana durante el período 1984-1992.

 Un libro que deben leer gerentes privados y públicos, dirigentes políticos pero en especial la Pléyade de candidatos aspirantes a gobernar los destinos municipales, regionales y nacionales a partir del 2013. Escrito con la sencillez que ha caracterizado siempre a su autor, con un enfoque distinto a los que se ofrecen en librearías en materia de éxito gerencial; aquí no se habla de la teoría ni de paradigmas, sino del relato de una experiencia de gestión pública con resultados tangibles exitosos, distinguiéndose atributos, principios y fundamentos generales de lo que debe reunir un gerente decente y eficiente comprometido con los resultados, unos resultados rigurosamente planificados, controlados, y dirigidos con autoridad, pasión y convicción de logros, donde la excusa no se acepta bajo ninguna circunstancia y coyuntura.

 Este trabajo nos los ofrece el Ing. Negrón justo en momentos cuando hay un desprecio total de los valores y de los principios gerenciales y éticos básicos en la administración pública. Ante las reiteradas desviaciones de las normas y la poca iniciativa de compromiso para construir el bien común, propicia la ocasión, a título de reflexión colectiva, para hacer un ejercicio autocrítico comparativo entre dos formas de gerenciar, la de Leopoldo y la de los 8 últimos presidentes revolucionarios que han pasado por CVG, a fin de facilitar la comprensión de las razones reales por las cuales enestos últimos 13 años la región de Guayana ha involucionado tanto en lo productivo como en lo ético y social.

 Siguiendo el orden de los rasgos más importantes evaluados por el autor del libro, a continuación hacemos la comparación de dos visiones distintas de gobierno:

 1. Administración del tiempo gerencial

Leopoldo era un gerente disciplinado y efectivo en cuanto al manejo del tiempo. Era implacable con la exigencia de la puntualidad, la optimización  de las reuniones. Hacía de los problemas soluciones. Concretas y viables.

 Los gerentes que han pasado y siguen pasando por la dirección de CVG-MIBAM se han caracterizado por hacer todo lo contrario. Son impuntuales, no resuelven problemas, no se reúnen con las partes en conflictos y si lo hacen viven difiriendo las soluciones que por lo general dependen de Miraflores, no hacen esfuerzo alguno para propiciarla. Se está  más pendiente del cumplimiento de la agenda del proselitismo político ideológico del régimen, donde lo más importante es el poder y no la del desarrollo integral de las regiones y del país en general, no hay planes de producción sino planes de socialismo-comunismo para las empresas básicas.

2.     Meritocracia Gerencial

Trabajar con Leopoldo significaba un reto de exigencia permanente en el cumplimiento de las funciones. Enemigo de la mediocridad, de las adulaciones, de la  irresponsabilidad, de la incompetencia para resolver problemas. Comprometido con los buenos resultados, no daba tregua alguna hasta alcanzarlo. Para ello, se hizo acompañar de gente capacitada, con conocimiento y con voluntad de logro.

Los gerentes revolucionarios de hoy, subestiman la Meritocracia. El requisito primario es la lealtad incondicional al proyecto revolucionario, pero en especial al jefe supremo. Si uno revisa los currícula de los que han pasado por CVG y empresas estatales, se nota muy claramente que sus perfiles contrastan con los de los cargos asignados, prueba de ello son los resultados alcanzados en rojo, destruyendo las posibilidades de supervivencia de las organizaciones.

3. Control de gestión en la CVG

 Si bien es cierto para la época de Leopoldo como gerente de CVG no se contaba con herramientas tecnológicas sofisticadas como las del mundo de hoy, él hizo uso de las que disponía  con autoridad para asegurar la planificación y el control de las gestiones con éxito y transparencia. No permitía desviaciones que obstruyeran el logro de los objetivos planteados.

En cambio, la gerencia revolucionaria solo le interesa el control político de las empresas estatales, llegando al extremo de delegar tan mayúscula responsabilidad a la figura del “Control obrero”, mediante el cual -supuestamente- los trabajadores serían los llamado a asumir la planificación, control, y nombramiento en portones y a mano alzada de los gerentes de áreas, incluyendo el presidente, como se dio en el caso de Alcasa. La realidad es que todas las empresas del estado, sin excepción, continúan arrojando pérdidas considerables. Entretanto,  avanza la obsolescencia de equipos y de tecnologías, la desinversión, los grandes negociados amparados por mafias, que las hay del hierro, de la cabilla, del aluminio sin control alguno.


Twitter @renenunezr
Edición 1171.

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