Hoy iniciamos otro tema para el análisis y debate
político en el mundo civilizado. Se trata del desarrollo sostenido de la
sociedad norteamericana por décadas en lo político, lo militar, lo económico,
lo social, lo científico, lo tecnológico, lo artístico, lo deportivo y en lo
cultural.
Regida bajo un Sistema Federal, de 51 estados, donde
el imperio de la ley y la garantía del disfrute de la libertad caracterizan a
una población que se ufana de ser libre y productiva como ninguna otra en el
mundo.
Con una democracia funcional donde la planificación
del Estado esta centrada y concentrada en los ciudadanos. Y donde el trabajo,
se considera el motor del desarrollo nacional. Con una economía de mercado
libre y competitiva.
Hace mas de un año, escribí una columna reconociendo
el éxito de los norteamericanos y distinguiendo sus 10 fortalezas que, para mí,
de alguna manera, explican el porqué de su progreso y desarrollo sustentable
por décadas con resultados extraordinarios en todos los órdenes como nación.
Esta vez quiero insistir en ellas, profundizando en el
alcance para ponerlas en la dimensión que corresponden y se merecen. Hoy,
arrancamos con la primera relacionada con su antepasado colonial. La
influencia de la cultura británica (productiva) en la historia de los
norteamericanos.
Oleadas de inmigrantes británicos llegaron a los
Estados Unidos entre los siglos XVII y XVIII; en la búsqueda de mejores
condiciones de vida y de producción. Fundaron Trece colonias en la costa
atlántica del país que después lograron independizarse de la corona británica
en 1776. Una lucha victoriosa, por una parte, por la lejanía de Londres para
ejercer un control directo sobre ellas; y por otra, al corajudo espíritu
independentista que siempre caracterizaron a los colonos,
Estados Unidos y Gran Bretaña los une, sin duda, una
historia compartida, un lenguaje, una superposición en la religión, un sistema
de leyes comunes, unos valores, una cultura productiva, unos vínculos de
parentesco en lo familiar que data de cientos de años.
Los dos son históricos aliados que vienen protegiendo
y defendiendo sus intereses comunes cuando han estado amenazados por enemigos
comunes. Ambos en defensa de la libertad han participado juntos en
confrontaciones bélicas.
En la próxima edición abordaremos la segunda fortaleza
de los Estados Unidos “Una democracia funcional por más de 200 años”
Instagram nunezrodrgiuezrenejesus. Edición 1547
Facebook Rene Núñez Rodriguez
@renenunez51
Esta columna se publica también en soynuevaprensadigital.com y elcorreofinanciero.com.
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