La semana pasada se celebró en Venezuela la fecha
patria más importante de su historia. La firma del Acta de la independencia,
ocurrida el 5 de julio de 1811. Suscrita por siete de las diez provincias
pertenecientes a la Capitanía General. Con dicha firma se dejó atrás el proceso
de conquista y colonización que comenzó en 1498 con el tercer viaje de Cristóbal
Colon al continente americano. 3 siglos de tiranía, opresión, abusos y
esclavitud, bajos las egidas de la Corona de España.
Para enfrentar la barbarie colonial en América, Simón Bolívar
asume el compromiso de la liberación del continente americano del yugo español
en 1790.
En 1805 juró en Roma luchar por la emancipación de Venezuela.
En 1810 se unió a la gesta independentista, pero fracasó y se vio obligado
abandonar el país en 1812 para luego regresar con otra expedición militar,
conocida como la Campana Admirable. Fue en 1821 cuando Bolívar en definitiva concreta
la separación definitiva de Venezuela del imperio español con su victoria ante
los españoles en la batalla de Carabobo.
El esfuerzo y liderazgo del libertador fue
determinante para lograr la independencia, además de Venezuela, de Colombia,
Perú, Bolivia, Ecuador y Panamá.
Dos siglos después, el pueblo venezolano nuevamente se
encuentra sometido bajo un dominio brutal y autoritario por quienes lo vienen gobernando
en los últimos años.
En aquella época, los colonos europeos invadieron el
territorio venezolano e impusieron su dominio imperial. Esta vez, venezolanos
desde el poder facilitaron la entrada de fuerzas foráneas para apoderarse de
funciones de Estado de carácter estratégicas e imponer el fracasado modelo
socialista comunista. El robo y la explotación de las reservas mineras sin
control alguno, no ha cesado. Los altos jerarcas del régimen igual se han
beneficiado con los negocios turbios que han hecho a todo nivel.
Para facilitar el desfalco país, se propusieron y lo
lograron, acabar con lo más sagrado recuperado por Bolívar: las libertades. Estableciendo una esclavitud, moderna. Si
antes los esclavos eran propiedad de sus amos que los utilizaban para el
trabajo. Hoy el pueblo venezolano es esclavo del Estado; quien progresivamente les
ha venido arrebatando el derecho de propiedad de sus vidas. Un derecho inalienable
del ser humano que es anterior y superior al Estado.
La diferencia
entre un ser humano y un esclavo es que el primero tiene derecho de propiedad sobre
su vida y por tanto puede disponer de los frutos de su trabajo; el esclavo no. A
quienes utilizan y explotan para fines ajenos a costa de su sacrificio y
dignidad.
La recuperación de las libertades de los venezolanos
es una necesidad ineludible e impostergable; por ende, la independencia de la
nación.
“Un pueblo es esclavo cuando el gobierno,
por su esencia o por sus vicios, huella y usurpa los derechos del ciudadano o
súbdito”. Simón Bolívar.
Instagram nunezrodriguezrenejesus Edición 1533
Facebook Rene Núñez Rodriguez
@renenunez51
Esta columna se publica también en
soynuevaprensadigital.com y el correofinanciero.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario