Antes de entrar a analizar el tema de esta semana, debemos
tener claro el concepto de BIEN COMUN: Fin
natural y político, irrenunciable e innegociable de toda sociedad humana. Para alcanzarlo,
se estructuró el ESTADO como organización política y social rectora y garante
de la protección, promoción y facilitación de los beneficios posibles a sus
habitantes. Garantizando libertad, justicia y equidad en la repartición de los
bienes materiales esenciales para la convivencia social en paz.
El Capitalismo y el Socialismo Comunismo se
convirtieron en el siglo pasado en los dos sistemas políticos de vida más
importantes para dar respuestas a las necesidades de los pueblos. Dos modelos totalmente
antagónicos y responsables de la Guerra Fría. Por un lado, los Estados Unidos defendiendo
el Capitalismo y por el otro, la otrora Unión Soviética (URSS, disuelta en
1992) el Socialismo Comunismo: el monopolio del Estado.
Para Adán Smith o Benjamín Franklin, el Capital es el
motor central de todo el sistema constituido por las maquinarias, inmuebles,
instalaciones, dinero, bienes y fuerzas del trabajo. Al ESTADO se le asigna un
rol limitado, en cuanto a las regulaciones legales para que las empresas tengan
libertad de acción en el mercado,
El marxismo leninismo aboga por la instauración de la
dictadura del proletariado en una primera etapa para derrotar al Capitalismo,
la propiedad privada, el libre mercado. Una vez logrado esa victoria, entraría el
comunismo, para ellos, el “Futuro Edén”; donde los recursos se producirían y distribuirían
de acuerdo con las necesidades de las personas. El Estado ya no se justificaría.
¿Perfección total?
Con la caída del Muro Berlín y la disolución de la URSS,
la utopía del Socialismo Comunismo pierde credibilidad y provoca en sus
dirigentes seguidores reformas para aceptar el libre mercado como sistema
básico sin renunciar a la planificación centralizada, la facultad
intervencionista del ESTADO en actividades económicas, sociales y en la equidad
en la distribución de bienes. Reservándose, asimismo, la administración de
ciertas empresas estatales y promoviendo algunas formas de autogestión bajo
dominio de la clase obrera.
La realidad de la historia de esta confrontación de
modelos ideológicos es que el Capitalismo como sistema de organización social y
económica basado en la propiedad privada de los medios de producción, se
convirtió en el más productivo, extendido y aceptado en el mundo. El creador de
mayor productividad, riqueza, seguridad y bienestar con libertad y respeto a
los derechos humanos.
Entre los países capitalistas más emblemáticos se
mencionan: Estados Unidos, Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, Canadá, Japón,
Suecia, Holanda, Bélgica, Suiza, Sudáfrica, Emiratos Árabes, Luxemburgo, entre otros.
En cambio, países socialistas comunistas quedan solo 6:
China (adoptó el capitalismo, pero el sistema político se mantiene comunista),
Laos, Vietnam, Cuba, Corea del Norte y Rusia (en proceso social demócrata).
Venezuela y Nicaragua actualmente andan en la dirección del comunismo cubano.
Como autocritica país: si se revisan las características
atribuidas al socialismo (Estatismo, planificación centralizada, empresas
estatales, intervencionismo en la economía) y las comparamos con las que ha
mostrado desde su inicio la democracia en Venezuela con sus diferencias
naturales, no me cabe duda, estas son de corte socialista. Por ello, insisto, que en la nueva Venezuela
en construcción se debe dejar de lado el modelo rentista e intervencionista que,
hasta ahora, menos con los que gobiernan, ha sido incapaz de transformar la inmensa
y variada riqueza natural concedida por la providencia en progreso, seguridad y
bienestar social. Causante de la burocracia ineficiente, viciada y corrupta.
Edición
1503. elportachueloderene.blogspot.com. Instagram
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