Desde que llego al poder en
los hombros de la democracia, el régimen de turno no ha dejado de hacer, a lo
que vinieron, al desmantelamiento de la institucionalidad democrática para
imponer su sistema; cosa que han estado logrando, aunque usted no lo crea por
la pasividad y comportamiento de las fuerzas políticas opositoras.
Así tomaron bajo control absoluto
el poder militar, el poder judicial, el poder electoral, crearon otro poder
legislativo (ANC) con plenos poderes para desactiva al legítimo, la AN. Lo
mismo hicieron con las empresas del Estado y la administración pública en
general, el poder electoral y el banco central.
En lo político se dedicaron
con éxito a la fracturación y sectorización de la Oposición; disuadiéndola a renunciar
al instrumento estratégico y determinante más importante en una democracia como
lo es el voto. Con ello, no solo potenciaron la abstención sino también el
descredito, la perdida de fe y credibilidad hacia su dirigencia y a las instituciones
por parte de la inmensa mayoría de la población.
Son unos tipos alérgicos a
las libertades, a los derechos humanos con una astucia impresionante de
supervivencia. Capaces de hacer cualquier cosa con tal de preservar el poder y
proteger sus inmensos negocios y fortunas. Unos especialistas del engaño y
mentiras; unos auténticos encantadores de expectativas de bienestar que nunca
cumplirán.
Por el lado de la Oposición,
la luz no termina de aparecer y brillar para una vez por todas reconocer las
fortalezas y debilidades del régimen. Han estado más preocupado cada grupo en tomar
el protagonismo de la lucha de la resistencia, en vez de crear y consolidar una
fuerza de coalición coherente y única para ir dando respuestas y aprovechando
los espacios y las oportunidades que el autoritarismo revolucionario va
dejando.
Insisto en el tema porque
no es la primera vez que lo he tratado: frente a una dictadura política, se
requiere como lo han requerido a la luz de la historia de la humanidad otros
pueblos, de un consejo de sabios que
no están pensando en poder o gobierno sino en lograr la transición de un
gobierno autoritario a uno democrático funcional.
Este selecto y distinguido
grupo, obraría como el órgano central de la planificación estratégica de las
acciones de la Oposición y, obviamente, también como coordinador de todas las
actividades de la sociedad civil y demás organizaciones y movimientos sociales
que se vayan sumando a la lucha. Seria ese consejo
de sabios los que decidirían, por ejemplo, si hay que salir a votar o no en
la próxima convocatoria del gobierno del referendo aprobatorio de la nueva
constitución socialista.
Lo que no se puede seguir
haciendo es el trabajo de la Oposición de manera desorganizada, desunida y
enemistada; cuyos resultados se vieron reflejados en las pasadas elecciones
presidenciales y de: gobernadores, alcaldes, diputados y, seguramente se repita
en las de concejales este diciembre.
Con una organización de
naturaleza sabia, el financiamiento se podría lograr de la comunidad nacional
en el exilio. Además, el apoyo de la internacional sería más efectiva y práctica.
Las reformas deben venir
desde adentro, hechas por los mismos venezolanos con mucha seriedad, equilibrio
y responsabilidad. Eso sí, recuperar la democracia es un primer paso para la normalización,
el progreso y desarrollo humano-democrático. Desechando sin reserva alguna el
populismo de cualquier extremo. Con un plan de la nación centrado en los
ciudadanos y considerando el trabajo como el motor del desarrollo nacional con
libertad plena. (Edición 1460).
Internacionalista. @renenunez51
Instagram
renejesusnuñezrodriguez
elportachueloderene.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario