Las encuestas siguen
reflejando “in crescendo” la desconfianza y desilusión de los venezolanos por
su futuro. El presente que viven, sufriendo, no les ofrece expectativas -siquiera-
para un sueño digno.
Los problemas son tantos
que superan con creces las tibias y engañosas soluciones de quienes tienen las
responsabilidades de resolverlos. La brecha ética y de insatisfacción social
les produce frustraciones e inseguridades de todo tipo donde el miedo y terror como
estrategia política del régimen hacen de sus vidas pesadillas reincidentes que vulneran
sensiblemente su sistema inmune.
A nivel político se está
ante un hielo que nadie se atreve a romperlo por orgullo. Los caminos tomados
por ambos bandos (oficialismo y oposición), no cabe duda, han sido equivocados.
Los seres humanos, todos
nos equivocamos y quienes no se equivocan nunca han arriesgado nada o porque han
sabido ir detrás de los que van
adelante. Ante esta dramática situación humanitaria y por el BIEN SER PAÍS,
seguimos invocando e implorando un esfuerzo sincero de todos los sectores para
reconocer la gravedad de los problemas políticos, económicos y sociales.
La tarea por delante que nos
toca como ciudadanos de bien común es gruesa y compleja. Ignorarla y
distanciarnos de ella, tampoco es la
mejor estrategia ciudadana. Comencemos a valorarnos como sujeto, objeto y fin
de una sociedad democrática libre y justa. Incorporándonos al ambiente donde
solemos hacer vida ciudadana en la construcción del camino de la salvación de
todos, incluyendo la recuperación de la democracia que hoy apenas pende de un
hilo cada vez más delgado. Siendo auto crítico, los ciudadanos tenemos
responsabilidades porque no la hemos entendido en sus bondades y ejercicio como
sistema político de vida humana.
Un proceso demasiado complejo
por la polarización política. Donde unos parten de la premisa de que
transformando constituciones, normas y creando leyes nuevas se logra cambiar la conducta de las personas. Otros de
que con el cambio de gobierno, la situación general se soluciona. No. Señor.
Nada de ello resolvería el problema estructural societario si las actitudes y
comportamientos de las personas no cambian. Los cambios se logran cuando las
personas cambian. De lo que se trata es de asociar e integrar las estructuras
sociales materiales con las estructuras sociales mentales. De una escala de
valores sólidos que conlleve al bienestar material, social y espiritual. Un
camino de luces y de conciencia que considere al hombre como un ser racional,
libre, responsable y protagonista de su destino personal. Capaz de garantizar
su propia autodeterminación y autorrealización de su vida. (Edición 1451).
@renenunez51 Instagram renejesusnuñezrodriguez elportachueloderene.blogspot.com
Pueden oírme en “Dialéctica”, lunes a
viernes, 8 a 9 am por News 105.3 FM
www.news1053fm.com
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