El país continúa sometido a
una suerte de limbo, confundido entre el subdesarrollo y el desarrollo.
Pensábamos que el nuevo milenio nos iba a hacer entender como sociedad de la
necesidad del éxito. Modernizando el poder ejecutivo, el legislativo, el
judicial; avanzando en la descentralización política administrativa del Estado
central, en especial, la potenciación del municipio como ente primario social de
la democracia; todo ello, para asegurar la calidad de nuestras vidas como
ciudadanos libres, pensantes, productivos, creativos y humanos.
Sigue en mora la
consolidación de una sociedad inter activa de productores y emprendedores públicos y privados,
convertidos en actores aliados de cambios transformadores de bien individual y bien
colectivo.
No hay razón alguna para
que el sector público no preste sus servicios con la misma calidad a la
ciudadanía como lo asume el privado. Las competencias de un gerente público son
similares a las de un gerente privado. Ambos utilizan y practican las mismas
herramientas y principios de las ciencias administrativas; sus administraciones
requieren de planes y resultados similares.
El problema se complica
cuando las instituciones públicas son muy débiles, por no ser autónomas e
independientes; los equipos que las gobiernan no tienen visión estratégica,
capacidad gerencial, habilidades emocionales (capacidad para desarrollar un
liderazgo proactivo, negociaciones difíciles, de trabajo bajo intensa presión y
de toma de decisiones compatible con los retos del cargo), habilidades de
relación con el entorno, conocimientos técnicos, compromisos con los resultados,
la ética como principio de gestión.
Como trilogía societaria
funcional se requiere, por igual, de la organización y disciplina de ciudadanos
en todos los ámbitos, político, económico, social y productivo. La sociedad
civil no puede dejar al Estado todo el peso de las responsabilidades en cuanto
al desafío de dar prosperidad, seguridad y bienestar social. El desarrollo
nacional es un compromiso compartido de todos.
La lucha de las
desigualdades sociales, su éxito dependerá en buena medida de que haya un mayor
acercamiento efectivo entre el sector público y el sector privado. Esto pasa
por diversos compromisos: luchar por mejorar la producción, las remuneraciones
y condiciones de trabajo; el despeje de las trabas burocráticas, rigideces y
excesos legales que no facilitan los procesos; el aceleramiento y amplitud de
un sistema de gerencia profesionalizada en la administración pública.
Finalmente, por una
ciudadanía activa empoderada para elegir, siempre, el mejor de los mejores para
la gobernabilidad nacional, regional y municipal.
Artículo 141 de la
Constitución Nacional “La Administración
Pública está al servicio de los ciudadanos y ciudadanas y se fundamenta en los
principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, transparencia,
rendición de cuentas y responsabilidades en el ejercicio de la función pública,
con sometimiento pleno a la ley y al derecho”
(Edición 1408). @renenunez51 elportachueloderene.blogspot.com
Los martes y jueves de 8 a
9 pm, pueden oírnos y vernos por News105.3fm (www.news1053fm.com) en “3 Visiones, 1 Objetivo País”
No hay comentarios:
Publicar un comentario