Las relaciones humanas siempre han
sido difíciles y complejas. Lo fue en el
pasado, lo es en el presente y lo será siempre en el futuro. Somos una
raza imperfecta, cada ser humano tiene un ADN distinto. La complicación se agrava
cuando la política, los gobiernos, los líderes y los intereses de la sociedad,
entran en contradicciones y desencuentros para ponerse de acuerdo en propósitos
comunes para garantizar la convivencia social en igualdad de trato, condiciones
y oportunidades. La secuela son los conflictos.
Desde que el mundo tiene razón y
conciencia, las lidias por lo general se han resuelto pacíficamente con diálogo,
prevaleciendo la paz; en cambio, cuando se ha tomado la vía apocalíptica: la
violencia, los daños humanos han sido incuantificables; sus responsables después
recurren al coloquio que se negaron al principio.
Al diálogo fecundo es el que hemos
estado invocando desde inicio del año para favorecer la resolución del grave y mayúsculo
conflicto-país que padecemos como resultado de unas políticas públicas
ineficientes, excluyentes, pocas transparentes ante la mirada complaciente e encubridora
de unos poderes públicos, no autónomos e independientes.
Ante ese vacío
institucional, el autoritarismo descolló, haciéndose del control total del
Estado, dejando indefensos y desprotegidos la ciudadanía en general; a quienes
la constitución, las leyes, los gobiernos y los dirigentes se deben.
Afortunadamente,
el sábado pasado por fin salió “humo
blanco” de la II reunión plenaria del
diálogo nacional con representantes del gobierno de turno y de la MUD, al anunciarse la hoja de ruta que permitirá
normalizar la relación constitucional entre los poderes, el respeto recíproco
entre los mismos y la exploración en el marco legal, constitucional y de
respeto a la soberanía nacional que contribuyan a la mejora de las condiciones
de abastecimiento de la población. Acordaron otros temas, no menos importantes.
El que se
haya iniciado el diálogo entre las partes no significa que el conflicto vaya a
resolverse; sin embargo, que se haya dado el intercambio de opiniones y puntos
de vistas con clara intención de lograr acuerdos, es un paso positivo y pro
activo para alcanzarlos. Les toca ahora a los representantes de ambas partes,
poner en ejercicio sus capacidades y habilidades estratégicas para seguir
avanzando y desenredando un conflicto, donde hasta ahora el gobierno tenía
absolutamente todo bajo control.
Si la MUD
como el gobierno, obran con sinceridad y
responsabilidad, anteponiendo los sagrados intereses de la nación por encima de
sus intereses particulares, grupales y partidistas, existirán razones para
creer y esperar buenos resultados; para ello, estos actores no deben dejar que las posturas
radicales de sus bandos se interpongan en este proceso de entendimiento
nacional. Aquí la única apuesta a ganador, en esta primera etapa, es la solución
de los problemas de abastecimiento de alimentos y medicinas, la inflación, el
bajo poder adquisitivo, el trabajo decente, la seguridad, las libertades y
bienestar social de todos los venezolanos.
. Presidente
Ifedec, capítulo Estado Bolívar
@renenunez51 elportachueloderene.blogspot.com
A los
domingos, 8 a 9 am, en ONDA GLOBAL por www.onda973fm.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario