La vida es para disfrutarla a placer. No hay una segunda oportunidad. A la luz de la historia de la humanidad, no ha existido ser humano que no haya pretendido satisfacerla a su manera con sus convicciones, posibilidades y conveniencia. Decía Aristóteles “Hay que gozar la vida todo lo que se pueda, pero sin abuso”. Por el abuso, se han cometido y se siguen cometiendo arbitrariedades y crímenes de toda naturaleza, de norte a sur y de este a oeste en todo el planeta, siendo los más abominables los cometidos desde el poder del Estado contra aquellos que no compartan ideales o el pensamiento único del gobernante. Por esos excesos humanos, han caído millones de vidas inocentes en el plantea, sin contar los discapacitados y los sometidos a torturas, vejaciones y privaciones de libertad en condiciones absolutamente infrahumanas.
Paralelamente a esa realidad represiva y criminal histórica, se ha estado creando otro crimen de lesa humanidad como el de la pobreza crítica. Un estado de indefensión social provocado por la falta de capacidades y de oportunidades, plagado de miseria y de escasez con exclusión social. América Latina no escapa de ese drama social.
Venezuela, un ejemplo de esas desigualdades sociales. A pesar de contar con inmensos y variados recursos naturales y económicos estratégicos, ventajas y condiciones geográficas favorables, y la fortuna de haber recibido estos últimos catorce años mas de un billón de dólares por renta petrolera, suficiente cantidad para haber creado millones de empleos directos e indirectos decentes y de calidad. Nuestro país no solo lidera el ranking internacional de países menos productivo, menos transparente, más inseguro, sino el de mayor con desigualdades escolares.
En 14 años el gobierno revolucionario militarista no ha podido cumplir con la promesa de 1998 como lo fue la de mejorar la calidad de vida integral de los venezolanos mediante una gestión pública eficiente y transparente. Y saben por qué no lo ha logrado por la baja capacidad profesional, poco conocimiento de las materias de Estado y la escasa voluntad de logro de sus funcionarios públicos. Por otro lado, por la terquedad del presidente de la República de anteponer lo ideológico sobre lo ético y lo productivo.
El 07 de octubre, se nos presenta a los venezolanos otra extraordinaria oportunidad para cambiar este gobierno maula y corrompido. Por una opción democrática mejor y viable, creyente de la economía libre, del sistema de libertades, de la Educación, de la Salud, de la ciencia y la tecnología, de la moral, de la ética y de la verdad como un valor esencial para facilitar la confianza con equidad y participación de todos los sectores en beneficio del progreso y el desarrollo nacional. La apuesta de la prosperidad y de la seguridad natural y jurídica sin exclusión alguna. Esa alternativa la representa Henríquez Capriles Radonski, no solo por lo claro y convencido que está de lo anterior, sino también por su postura de rechazo al Populismo: bacteria política reproductora de corrupción, de mayor gasto público, de alto endeudamiento, de inflación, de devaluación, de dinero inorgánico (artificial), de abuso de poder. Por otra parte, con Capriles se recupera la civilidad de la alta magistratura de los poderes del Estado. La oportunidad de una Visión compartida de País, cuya dirección del progreso y del desarrollo participe activamente las instituciones y los ciudadanos aportando valor agregado en la construcción de ese camino. Ello requiere de un acuerdo nacional a favor de una cultura pública de respeto mutuo, de solidaridad, de responsabilidad y de ejercicio de unas normas de convivencia social. Si se puede.
(*) Internacionalista
Edición1195,@renenunezr http//:elportachueloderene.blogspot.com
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