miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿Estados democráticos o Estados personales?


 Tanto a nivel nacional como internacional, pareciera haber una complicidad de ciudadanos, de entes y de gobiernos respecto a los que nos está sucediendo como nación. Desde hace 13 años el régimen  no ha escatimado tiempo y esfuerzo alguno para seguir adelante con los perversos propósitos de imponer un proyecto totalitario militarista-personalista bajo un pensamiento y una dirección única. Para nadie es un secreto las violaciones reiteradas de los derechos humanos, de los derechos democráticos, del sistema de libertades, del derecho a la propiedad privada amparado en una legitimidad de origen democrático pero ya no de ejercicio  por la ausencia de poderes públicos autónomos e independientes.

 No hace falta hacer una auditoría política pública con expertos de la OEA o de la ONU para constatar nuestra tragedia de país, basta hacer seguimiento diario a la prensa nacional, al canal 8 y a las cadenas presidenciales para darse cuenta  de la cantidad de muertos por día producto de la violencia, de personas secuestradas, de inocentes retenidos y enjuiciados por protestar o hacer críticas o denuncias públicas, muchos de ellos presos sin juicios abiertos; del aumento de industrias y comercios quebrados, amenazados y perseguidos, del alto endeudamiento sin control y sin apego a la norma constitucional, de los malos manejos administrativos, del alto costo de vida, de la merma del poder adquisitivo, de la destrucción de fuentes de producción públicas y privadas, de expropiaciones y de confiscaciones por caprichos y razones ideológicas, de relaciones oscuras y sospechosas con países y grupos forajidos y terroristas, de las  escandalosas  ayudas a otros países financiando proyectos u obras similares a las requeridas dentro del país como el rescate de las empresas básicas de Guayana, pagos de pasivos laborales acumulados; a pesar de los extraordinarios ingresos petroleros que ya superan el billón de dólares en estos casi 14 años de mandato revolucionario recibidos por el Tesoro Nacional. De la existencia de un República dividida en dos partes, una protegida con derechos, beneficios y trato igualitario ante la ley, y otra desprotegida, sin derechos, sin beneficios y trato desigual ante la ley por el mero hecho de disentir, de exigir respeto, de exigir responsabilidades y de denunciar  -como debe ser-  los malos manejos  de la cosa pública. Se les niega libertad de pensamiento, de ideas, de proyectos, de imaginación creadora para que cada ciudadano emprenda el reto del progreso y del desarrollo individual y colectivo con  apoyo del estado y del gobierno en la búsqueda de  una mayor y mejor calidad de vida integral permanente.

 Los gobiernos latinoamericanos conocen de estas desigualdades políticas y democráticas, del  abuso y ventajismo de poder, de los malos tratos ciudadanos, de quienes hoy nos gobiernan. Conocen del libre albedrío como se administra la hacienda pública, donde el jefe supremo es el único con derecho a decir que es lo democrático y que es lo antidemocrático, que es lo justo y que es lo injusto, que es lo lógico y racional y que es lo ilógico e irracional, que es lo legal y que es lo ilegal, quién es el honesto y quien es el deshonesto, quienes son cristianos y quienes no lo son, quién es el bueno y quién es el malo. Los mismos gobiernos latinoamericanos ufanados de demócratas se han hecho los pendejos dentro de la OEA para evaluar estos desafueros y abusos democráticos y humanos, han preferido aprovechar las ventajas de los negocios “a ganar” ofrecidos por nuestro gobierno a cambio de hacerse indiferentes y solidarios con su gestión. Ellos son solidarios con los gobiernos y no solidarios con los pueblos que sufren las consecuencias de las desviaciones del poder y de la norma por parte de los gobiernos.

 Pronto se reunirán para crear la CELAC, una OEA paralela sin Canadá y sin Estados Unidos; craso error estratégico, la exclusión del principal consumidor de casi la totalidad de los productos de América Latina;  han sido incapaces de sacar provecho con inteligencia a las relaciones diplomáticas en el continente con la primera potencia mundial no solo militar sino en lo económico, lo científico y lo tecnológico. Se ha perdido un tiempo valioso para haber armado un bloque americano sólido frente al de la Unión Europea, cuyos pueblos después de 50 años de contradicciones se dejaron de complejos y prejuicios y asumieron el reto de encarar el futuro unidos frente al resto del mundo.

Edición 1181. Twitter @renenunezr.
Diplomacia de Micrófono ahora por Azúcar103.9 FM de 5 a 6 pm, de lunes a viernes.

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