Con la evolución y el desarrollo de la democracia como
sistema de vida política en los países del primer mundo, se ha logrado desmontar
la creencia de que las ideologías son indispensables para garantizar a los
pueblos mejor y mayor calidad de vida humana integral. Cuando en realidad es el
sistema democrático con gobernabilidad, gerencia y gestión pública eficiente y
transparente quien lo facilita.
La misión de la Democracia es única: facilitar y permitir
a los ciudadanos el ejercicio del poder a través de los representantes que
elige para dirigir sus destinos como nación y garantizar las condiciones de
prosperidad, seguridad y bienestar a todos por igual.
Desde el siglo pasado, en la lucha por el poder de dominio
de los pueblos, hay quienes han pretendido convencer a los ciudadanos de que la
democracia solo es posible cuando de por medio está presente la ideología. Bajo
esta farsa premisa, la confrontación dialéctica entre izquierdistas (supuestos
defensores de los pobres) y derechistas (supuestos defensores de los ricos) ha estado
presente en el debate electoral, en especial, en las democracias más débiles o vulnerables.
Ambos bandos con posiciones dogmáticas extremas, excluyentes y fanatizadas no
han garantizado la viabilidad de la democracia; la cual trasciende a esas
conductas extremistas y antagónicas.
La Democracia es gobernabilidad: la capacidad de los
pueblos de oírse, entenderse y lograr consensos en la elaboración de políticas estatales
y estadales y resolver sus diferencias o conflictos de manera civilizada y pacífica.
Obviamente, ello requiere de la
existencia de instituciones fuertes e independientes, leyes y condiciones necesarias
para desarrollar y ejecutar políticas públicas de equilibrio. Entendiendo estas
como soluciones estructuradas para dar respuestas a las necesidades de la
población sin discriminación alguna.
La Democracia es gerencia. Porque implica coordinación
de todos los recursos disponibles (humanos, naturales, materiales, financieros,
tecnológicos); cuyos procesos han de ser organizados, planificados, controlados
y dirigidos eficientemente a fin de garantizar el cumplimiento del plan de
desarrollo nacional. Su fracaso o éxito es de absoluta responsabilidad del
gobierno de turno.
La Democracia es gestión pública. Tiene que ver con la
implementación de las políticas públicas, mediante la aplicación de los
recursos, instrumentos, medios y normas del Estado para el fomento del progreso,
desarrollo y bienestar de los ciudadanos.
Resumiendo, la democracia no tiene un color definido
porque se debe al pueblo soberano con sus gamas de matices, diferencias y
pensamientos. Garantizando libertad plena, trato igual y justo ante las normas
o leyes y participación en la toma de decisiones que le corresponde por derecho.
Son los resultados al final los que cuentan para valorar si la gestión del
gobierno en ejercicio cumplió con los objetivos y metas acordadas previamente. Tan
importante la calidad de gestión (gobernanza) como la calidad del voto de los
electores. Así como una oposición seria y responsable.
“Las ideologías nos separan; los sueños y la angustia
nos unen”. Eugene Ionesco… (le
agregaría, “en democracia”).
“Las elecciones no solo nos recuerdan los derechos,
sino las responsabilidades de ciudadanía en la democracia”. Robert Kennedy.
elportachueloderene.blogspot.com Edición 1515
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