Para ese parto forzoso y doloroso de la cual Venezuela
ha de salir airoso muy pronto, los venezolanos deben estar preparados para
desde el primer día construyan una nueva nación con garantías plenas de no
repetir los errores y desaciertos del pasado que la obligaron a desviarse del
camino de la prosperidad, la seguridad y la justicia que venía transitando, aunque
siendo objetivo, lenta y desprevenidamente.
En Venezuela hay un proceso político-país de cambio en
marcha que se viene librando con “sangre, sudor y lágrimas”. Se observan dos
grupos opositores de lucha, uno, ocupándose del cese de la usurpación del
régimen autoritario, y otro, trabajando en la reingeniería de la república para
cuando salgan del poder sus actuales destructores, aplicarla.
A este segundo grupo, quiero hoy llamar su atención para
compartir algunas premisas básicas y generales que han de considerarse en el
diseño de un estado moderno, eficaz, equitativo y justiciero. Obviamente, bajo
la convicción de dejar de lado con firmeza los agotados paradigmas de la centralización
y protagonismo del poder ejecutivo en la economía y la vida ciudadana en
general. Insisto, no hay un país en el mundo con más garantías de libertades naturales
y jurídicas y donde el Estado no es propietario de medios de producción como
Estados Unidos. El imperio de las leyes priva por encima de todo. La primera
super potencia mundial.
Las premisas del Estado Democrático funcional deseado
y conveniente son las siguientes: 1. La del Poder de la Educación y capacitación
de los recursos humanos en las distintas áreas de la Administración Pública (técnicos,
profesionales, trabajadores en general). 2. La del Conocimiento o sabiduría del
trabajo de la cosa pública. La claridad de la planificación, control,
organización y dirección de los recursos humanos, naturales y materiales con
eficiencia y transparencia. 3. La de Voluntad de logros bajo una exigida
cultura organizacional de cumplimiento y calidad de objetivos y metas según al
plan comprometido a corto, mediano y largo plazo. 4. La del emprendimiento e innovación.
Con imaginación creadora se consigue la actualización tecnológica y científica
para reducir la dependencia del mundo exterior. 5. La
de los valores. Tales como: A. La Ética como principio de gestión publica y
privada. B. El Respeto y cumplimiento de las leyes. C. La Disciplina: El éxito se
logra con constancia y orden, y no improvisando y haciendo las cosas que se le
ocurra a cualquiera. D. El Trabajo: Hacerlo y valorarlo como una necesidad
individual y social. E. La Solidaridad con los más necesitados. F. La Justicia:
Contar con una infraestructura autónoma e independiente administrada por jueces
capacitados y decentes. G. La puntualidad: Toda actividad ejecutiva, laboral y
humana requiere de un horario y programa de ejecución. Cumplirlo, una condición
sine-qua- non para alcanzar la eficiencia o eficacia. H. La Fe cristiana: Significa también lealtad, fidelidad. Los
cristianos creemos en DIOS TODOPODEROSO. Tenerlo presente en todos los actos de
la vida pública y privada, una garantía de buena conducta humana y solidaria. I. La Libertad: Asociada a la capacidad de
cada ser humano de actuar según sus valores, criterios, razón y voluntad. En
democracia sus límites son las leyes. El Estado es garante de dar a todos los ciudadanos
un trato igual ante las normas.
Resumiendo, se trata entonces de la apuesta de un
diseño de Plan País a corto, mediano y largo plazo cuyos objetivos, deberes y
obligaciones están concentrados en los ciudadanos, y el motor de desarrollo sea
el trabajo “decente” para que cada ciudadano con su esfuerzo alcance su propio bienestar.
Con unas instituciones democráticas fuertes garantizando libertad, seguridad, justicia
y respeto de los derechos humanos.
“En política, nada sucede por accidente. Si sucede,
puede apostar que fue planeado de esa manera”. Franklin Roosevelt.
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