El 23 de enero de este año, Juan Guaidó, presidente de
la Asamblea Nacional, se juramentó como presidente “interino” de Venezuela. De
inmediato fue reconocido por Estados Unidos y 12 países del Grupo de Lima. Se comprometió
ante el país de librar una lucha sin tregua por la libertad y recuperación de
la democracia. Para ello se planteó 3 objetivos concretos y lógicos: 1. Cese de
la usurpación 2. Gobierno de Transición y 3. Elecciones libres. Objetivos muy
diáfanos que permitió la reunificación de los factores opositores y su
involucramiento en los eventos políticos a programarse para salir de la tiranía.
El gobierno “interino” a la fecha, ha contado además con
el apoyo internacional de la OEA, UE y 60 países. Desde entonces, las sanciones
desde el exterior contra Maduro y los altos jerarcas de su gobierno por corrupción
y lavado de dinero, no han cesado.
El 29 de enero, la Asamblea Nacional (AN) aprobó la
designación del Ing. Humberto Calderón Berti como embajador en Colombia. Un técnico
de la democracia de probada solvencia profesional y ética que prestó “buenos
oficios” en gobiernos anteriores.
El 23 de febrero Guaidó intentó, en vano, llevar desde
Cúcuta a territorio venezolano, la ayuda humanitaria internacional. Esta fue rechazada
brutal y desproporcionadamente por militares y grupos colectivos del régimen; arrojando
el resultado de 5 muertos, 285 heridos, 51 detenidos; además de 2 camiones con
alimentos quemados.
Desde la base de La Carlota, en la madrugada del 30 de
abril, Guaidó anunció la “fase final” de la operación libertad que incluyó la liberación
de Leopoldo López. Altos jefes militares de Maduro y el presidente del TSJ,
supuestamente comprometidos con la operación activada, no se presentaron al
llamado; fracasando el intento de deponer al yugo opresor.
El 25 y 30 de mayo en Oslo, el gobierno noruego como
facilitador, se realizaron dos intentos de dialogo entre el gobierno y la Oposición,
ambos concluyeron sin acuerdo alguno.
El 17 de junio, en Colombia, sale a la luz pública por
redes sociales la denuncia de un “manejo irregular” de las personas nombradas
por Guaidó para administrar los fondos de la ayuda humanitaria y la manutención
de los militares que desertaron y se pusieron a su orden.
El 4 de julio la Alta Comisionada para los Derechos Humanos,
Michelle Bachelet, en su informe ante la ONU denuncia las graves violaciones de
derechos humanos que vienen ocurriendo en Venezuela.
El 7 de julio el Oficialismo y la Oposición intentaron
en Barbados sin éxito un nuevo dialogo.
El 23 de julio, la Asamblea Nacional aprueba por
unanimidad la reincorporación de Venezuela al TIAR. El 11 de septiembre, la OEA
activa su aplicación; reconociendo al régimen de Maduro como una amenaza para la
paz, seguridad y estabilidad de la región.
El 27 de noviembre se filtra en Colombia por las redes
una carta de Guaidó destituyendo al embajador en Colombia, Humberto Calderón
Berti; alegando “modificaciones que se harán a la política exterior del país
con la finalidad de lograr los objetivos trazados” en enero para el
derrocamiento del presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
El 28 de noviembre Calderón Berti aclara que había
ordenado una auditoria para investigar las irregularidades presentadas en el
fondo económico de ayuda a militares desertores de Nicolas Maduro. Agregó que tenía
8 meses sin poder comunicarse con Guaidó y que hace tiempo, a través de
terceros, le había advertido tener cuidado con ciertos personajes de su entorno
por las credenciales.
El 03 de diciembre en Colombia se realiza la trigésima
reunión del órgano consultor del TIAR para tratar caso de Venezuela. Uno de los
puntos de la Resolución aprobada fue la identificación de las personas
relacionadas con Nicolas Maduro involucradas por lavado de activos; a quienes
se les aplicara medidas de “perseguir, capturar, extraditar y sancionar”. Se
les congelaran activos que tengan en cualquiera de los territorios de los países
miembros del TIAR; incluyendo los que ya no están en función de gobierno.
El 03 de diciembre, Guaidó como presidente de la AN,
ordena la intervención de la Comisión Permanente de Contraloría del Parlamento
por las denuncias públicas realizadas en contra de sus miembros.
Entretanto, la nación continúa invadida de cubanos,
rusos y chinos dirigiéndola a conveniencia de sus intereses. El proceso de retroceso
de Venezuela sigue en marcha. Con una población diezmada y subsistiendo en
condiciones deplorables e infrahumanas. Sin productos de primera necesidad y medicamentos
esenciales. Sometida a un clima de total inseguridad personal, un mercado dolarizado
donde el dólar vale Bs.44.000. Un sistema educativo bajando aceleradamente la
calidad. Unos ciudadanos desprotegidos de derechos humanos, libertades civiles
y políticas. Y casi 6 millones de venezolanos como emigrantes y refugiados en
varios continentes.
Esta es la oscura y fea realidad de la Venezuela del
Socialismo del Siglo XXI después de dos décadas.
Tomando en cuenta esta realidad histórica, los últimos
escándalos que salpican a algunos diputados y personalidades de partidos emergentes
y del gobierno “interino”, que los objetivos planteados a principio de año para
sustituir el cetro opresor chavista madurista, no se cumplieron; y la persistencia
de la desunión entre factores democráticos, la Oposición con humildad debe reconocer
los desaciertos y plantearse un nuevo paradigma que permita a los venezolanos
soñar despierto, multiplicar alegría y esperanza. La población no aguanta más. Se
está muriendo en vida y a nadie pareciera importar desde los centros decisorios
de la política y del poder, la mortandad. Déjense guiar por Dios para derrotar
la esclavitud ideológica. Apóyense en los venezolanos “buenos” y “decentes” desinteresados
de poder. Que les quede claro, EU los apoya ahora solo en los esfuerzos pacíficos.
(Feliz Navidad y Próspero año 2020, regresamos martes 14 enero 2020).
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Te voy a felicitar por esta maravillosa idea. En la medida de mis posibilidades por la edad, aunque todavía no me agarrado no El Parkinson ni El Alzheimer que a esta edad la excepción es no tenerlo. Reciba un cordial saludo. Virgilio Vivas
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