Confundieron
la historia, los héroes y los valores a conciencia para imponer los de ellos. Aprovecharon
la institucionalidad democrática encontrada en 1999 para llegar al poder, y que
luego desmontaron y destruyeron para dar cabida a su nefasto e inhumano proyecto
“Socialismo del siglo XXI”.
Pérez
Alfonzo llego a decir que el IV Plan de
la Nación, diseñado y ejecutado durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez,
era el plan de destrucción nacional. Exagerada critica si comparamos los
resultados de la obra de CAP vs Chávez y Maduro, juntos. Estos últimos recibieron
más de un billón de dólares por venta petrolera y lo que nos dejarán estos bárbaros
cuando se vayan, si será una auténtica destrucción nacional: no solo en lo económico
y financiero sino en lo institucional, moral-ético
y espiritual. Lo hicieron consciente dividiendo y destruyendo el núcleo
familiar.
En
este periodo nació y creció una nueva generación sin valores y principios, sin
vivencia democrática, que ha de preocupar a todos y exigir a los que vendrán después a gobernar el país,
la ocupación y prioridad de la construcción y fortalecimiento de un modelo de
sociedad cimentada sobre la estructura familiar.
Muchos
de estos jóvenes necesitan de una visión compartida e inspiradora de lo que ha
de ser sus vidas en lo adelante. Un trabajo duro y exigente. Borrarle de sus
mentes el tipo de liderazgo que les ha tocado convivir. Líderes (pseudos) de
diferentes grupos sociales con fallas en
sus estudios y sin avances educativos notorios. Lo que dijo un ministro de educación
(maestro) de que 10 era igual a 20 y que nadie debía repetir. Otro ministro más
joven (sociólogo) que no se podía enseñar mucho a los estudiantes porque después
se podían revelar contra la revolución. El pranato en las cárceles con privilegios
internos, con derecho a salir y entrar cuando les da la gana. A corruptos
ejerciendo poderes de Estado o dirigiendo empresas y entes del Estado sin
control alguno. En fin toda una perversión de gobiernos que se burlaron de “Moral
y luces”.
Entretanto,
en los barrios los niños siguen naciendo y creciendo rodeado de pobreza y con una
sensación de impotencia, cuando sus vidas y futuro se les han convertido en una
falsa esperanza de prosperidad, bienestar y seguridad.
Como
autocritica comencemos a preguntarnos ¿Cómo
padres e influencia en nuestros hijos hemos cumplido con el deber de formarlo con
valores y ejemplo de decencia y de ciudadanía?
Nos
recordaba estos días en una de sus predicas, el Pastor amigo Israel Martin, la
vida de Albert Einstein. Cuando en la escuela no querían aceptarlo por el
retardo en su aprendizaje. Su madre no se dio por vencida y asumio con coraje y convicción la responsabilidad de
entrenarlo para la vida; logrando la transformación de Einstein, veinte años después,
en uno de los genios más reconocidos en la historia de la humanidad, un emprendedor
de más de centenas de inventos.
En
la Venezuela por venir, apelamos a la familia, como el centro por excelencia en
la formación de la vida humana venezolana, donde los padres tienen que asumir
el rol y liderazgo mediante valores y modelaje de vida ejemplar dentro como fuera
del grupo familiar. Como fueron nuestros padres.
Una
NACIÓN de BIEN se construye con familias de BIEN. BIEN significa cumplir y
hacer cumplir las leyes. Sabiduría. Valores. Disciplina. Pasión por lo que se trabaja y fundamentalmente disponer de un
gran corazón noble y una mente espiritual para aceptar a Dios como nuestro
principal guía de vida terrenal.
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Edición
1479. Pueden leerla también los martes
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