La democracia es el
encuentro de lo político y lo humano. Sólo el equilibrio puede garantizar su sobrevivencia
e impulsar la creación de condiciones favorables
para encarar el progreso y desarrollo humano-social integral de los pueblos.
Ahora bien, ello requiere de
una sociedad consciente, educada, capacitada, altamente civilizada para
entender y asumir lo público y lo privado como una alianza cooperativa y
voluntaria para resolver los problemas con modernidad, libertad, respeto y
reconocimiento recíproco de los derechos naturales y jurídicos de la población.
La economía de mercado, ha
sido por lo general muy vilipendiada por
los defensores de las economías cerradas; los cuales, cuando alcanzan el poder,
por sus fracasos, terminan aceptando sus bondades (Ej. China e India).
Los conflictos que existen
en toda actividad económica por el problema de la escasez, suelen ser resueltos pacíficamente en los mercados,
sin la necesidad de que los gobiernos las intervengan y controlen. Ningún
estado por más poderoso que sea, es autosuficiente para satisfacer la demanda
de bienes y servicios domésticos; es allí cuando la economía de mercado libre juega
un rol protagonico de productividad en el proceso económico-país para calmar y
atenuar las tensiones sociales.
La democracia es el sistema
político más idóneo donde convergen los disimiles intereses de las comunidades en
el compromiso inexorable de alcanzar acuerdos de bien común individual y
colectivo. Las experiencias democráticas en el mundo así lo confirman.
La economía de mercados
abiertos, funcionan por costumbres y leyes.
Así como la política de la democracia requiere de libertad para funcionar, el
mercado igual lo necesita. Libertad y propiedad son requisitos fundamentales para
que estas economías operen eficientemente.
Resumiendo, el sistema garante
de libertades nos ha demostrado que hay mayores posibilidades de paz social y
duradera cuando la democracia y el mercado son respetados por gobernantes y
gobernados.
El Estado moderno, por su
parte, ha estado dedicado a la construcción de la infraestructura necesaria y a
la prestación de servicios públicos de manera eficiente y transparente. Además
de la vigilancia permanente de las variables macro económicas para garantizar su
equilibrio y estabilidad (producción, consumo, empleos, inflación, ect.).
La Venezuela de hoy está cerrada
a dejar atrás los paradigmas económicos intervencionistas y controladores del
mercado. Los resultados macro y micro económicos de estos últimos años evidencian
los desaciertos, las distorsiones y los desequilibrios que nos empobrecen
aceleradamente como ciudadanos.
No vamos a superar los problemas y las amenazas
de existencia, sino terminamos de entender como venezolanos que más allá de las
pretensiones electorales, continuamos en
mora con el acuerdo nacional de un plan de desarrollo viable, sustentable e
incluyente a largo plazo, que parta del reconocimiento del mercado y de la
democracia como herramientas claves para asegurar una mayor y mejor calidad de
vida integral a todos, sin excepción.
@renenunez51 elportachueloderene.blogspot.com (edición 1415).
Los Miércoles de 7 a 8 pm,
pueden oírnos y vernos en “3 Visiones, 1 Objetivo País” por News105.3fm (www.news1053fm.com)
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