Niñez, adultez y madurez. Tres etapas de vida
biológica diferentes por donde ineludiblemente pasan los seres humanos en el
ciclo terrenal.
La infancia se caracteriza por
la inocencia, la juventud por la rebeldía y exigencia de cambios, la vejez por la
paciencia y madurez. Un recorrido exigente lleno de obstáculos. Unos lo hacen
por el camino del bien; otros por el camino del mal.
El éxito o el fracaso, la
victoria o la derrota, la crisis o conflicto forman parte de la naturaleza
humana. El reto de todo SER que se valore piadoso, es la de llegar a la vejez con
un balance de logros más positivos que negativos en lo espiritual y material.
La evolución social de la
humanidad, nos ha demostrado y lo sigue haciendo, que más allá de la condición
de pobreza de donde muchos venimos, el desafío de la vida cristiana es la de
crecer y morir rodeado de riqueza espiritual. Entendiendo por ésta, la plenitud
del goce de haber vivido en paz con la conciencia, nuestro SER interior; además
la alegría de haber dejado un legado de amor, caridad y fidelidad, bajo la guía
del Dios Todopoderoso, el iluminador del vía crucis de nuestras vidas con
humanidad y misericordia.
La sabiduría espiritual es una fortaleza generosa
que te protege del daño, al saber que puedes superarlo. Te da un nivel de
comprensión de la existencia completamente diferente. Lo bueno o malo, no es
más que un estado de inconsciencia, personas muy separadas o cercanas a Dios.
La abundancia no es
exclusiva de nadie, está disponible para todo el que la desee encontrar,
utilizando el momento que lo quiera hacer. La clave es conquistarla con
equilibrio y alimentando la mente, el cuerpo y el alma de fe, amor y bondad. Un
estado de vida con menos preocupaciones y con más tiempo para cultivar la
felicidad, que puede llevarte de manera sencilla y sana a las cosas materiales.
Hay que estar muy claro en
esto, no se puede buscar la riqueza espiritual con el interés de conseguir las cosas materiales porque puede tardar
más, aunque encontrar la riqueza
espiritual nos conduce también a la riqueza material eso es más que seguro y
probado.
El dilema que se plantea es
cómo alcanzar esa prosperidad, ¿Cuál primero? ¿la material o la espiritual? ¿O
combinando las dos búsquedas de manera organizada, disciplinada y con certeza a ver cuál llega a nuestra vida antes?
Negar que la riqueza
material no dé felicidad seria desconocer
la realidad humana. El dinero no es malo ni bueno, simplemente es un medio
para conseguir cosas materiales Lo que ha pasado es que personas con dinero han
hecho cosas malas y aviesas; muchas religiones, en especial, la católica,
atribuyen la maldad a la inconsciencia de los humanos, alejados de ese Dios en
ellos en su SER.
Esta reflexión la traigo a
colación, para de alguna manera desnudar propósitos e intenciones de quienes en
nuestro país viven sembrando codicia,
aversiones, divisiones y odios entre venezolanos para el dominio e imposición
de ideas ignominiosas y arbitrarias. Sus prédicas, amenazas y ejecutorias han
logrado en la población una confusión de espíritus y de valores provocando la
desunión y enemistades en las familias.
Incluyendo las iglesias. Vemos como curas católicos y pastores evangélicos,
en el adiestramiento del autoritarismo, han asumido posturas contradictorias invocando
la palabra de Dios.
El Papa Francisco decía en
febrero pasado en una homilía dominical “Sí eres un cristiano que lleva una
doble vida o te dedicas a explotar a otras personas o tienes un negocio “sucio”
no deberías identificarte como “creyente”. “Tantos católicos son así. “Cuántas
veces hemos oído, todos nosotros, en el barrio y en otras partes, ‘pero, para
ser católico como aquel, es mejor ser ateo”
@renenunez51 elportachueloderene.blogspot.com (edición 1417).
Los Miércoles de 7 a 8 pm,
pueden oírnos y vernos en “3 Visiones, 1 Objetivo País” por News105.3fm (www.news1053fm.com
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